Desde la Alameda queremos hacer explicito nuestro repudio de las amenazas recibidas por Fernanda Gil Lozano, diputada con mandato cumplido, y acompañarla con todos nuestras fuerzas para que no se dejé intimidar ella y su familia por proxenetas y explotadores de niñas y mujeres.
Gil Lozano más allá de su labor parlamentaria viene acompañando con todas sus fuerzas a las organizaciones de la sociedad civil que luchan contra las mafias de la trata de personas.
La amenaza recibida la sentimos como una amenaza a todos los que peleamos por un país sin trata sexual, laboral y esclavitud.
La intimidación fue telefónica a su celular y en su domicilio y vinculada a la nota publicada en la revista El Guardián, escrita por Mauro Federico, sobre una investigación de los circuitos ilegales de recaudación de la Policía Federal y el enriquecimiento de los funcionarios policiales. En el artículo mencionado se reproduce la transcripción de una escucha telefónica dispuesta por la Justicia a raíz de una denuncia que recayó en el Juzgado Federal Nº 5, secretaría 9, que investiga la Fiscalía Nº 12 a cargo de Patricio Evers. En esa transcripción dos oficiales de la policía comisaría 38 dicen que la entonces diputada Gil Lozano vio el “boliche” y “como esta semana hay quilombo con el tema trata en el Congreso y un montón de actos, avisales que saquen a las menores y las escondan arriba”. (sic)
Gil Lozano hoy presentó una denuncia en la Fiscalía N° 12 a raíz de
las amenazas recibidas.
Creemos que Fernanda Gil Lozano así como se defendió en la cámara de diputados ante las acusaciones amenazantes del entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fastidiado por las denuncias ante organizaciones de Derechos Humanos internacionales por la trata de personas, así como acompañó en persona escraches a prostíbulos ya sea en Liniers, Once o Recoleta, y así como se solidarizó en pleno campo de Pilar con las familias traficadas y esclavizadas por la empresa avícola Nuestra Huella creemos que se mantendrá en la misma posición de no bajar los brazos para lograr un país sin trata, ni esclavos.