Corset de la marca Impetu a un trabajador

ByLa Alameda

Sep 30, 2009

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La empresa CAYNA S.A., que produce lencería bajo el nombre de fantasía Impetu, recurrió a los peores argumentos discriminatorios para despedir a un trabajador luchador.

El ejecutor del despido, con complicidad del gremio SOIVA, es el autodenominado amigo del ex presidente Menem Nayib Saquer (DNI 18541985), dueño de CAYNA. Delfín Huamani Quispe es quien quedo en la calle por participar con decisión de actividades que defienden los derechos de los costureros y suyos. Él junto a la Unión de Trabajadores Costureros (la parte gremial de la Alameda) encabezó el 10 de agosto la marcha al sindicato de costureros SOIVA, las filmaciones comprueban que estuvo reclamando al sindicato y patronal. Delfín además en CAYNA hizo reclamos dentro de la fábrica junto a las delegadas y el 7 de agosto no realizó actividades laborales a raíz de un paro por la falta de pago salarial.

El mismo dueño Saquer le dijo que lo echaba porque era la manzana que pudría el canasto, y el martes 22 de agosto recibió la carta de despido en la que figura que es echado gracias al encubrimiento del SOIVA al patrón.

La solidaridad con Delfin Huamani Quispe llegó al punto que sus compañeros dejaron de trabajar. Entonces Susana Jara del SOIVA, más empresaria que defensora de trabajadoras, les dijo a quienes pararon: “No se para que paran por uno si total hay 6 más en la lista”, ante ello la bronca crecía entre los costureros de CAYNA pero faltaba más de Jara. “Ustedes le dan bola a esos de la Alameda, pero lo que no saben es que el quilombo que hacen en las granjas (por las denuncias de trabajo infantil demostradas y denunciadas penalmente) es solo para que echen a los trabajadores que están y pongan ellos a los bolivianos y peruanos que traen de Bolivia para explotarlos y llenarse de gente ellos mismos”.

La actitud de la patronal CAYNA y sus encubridores traidores de las mejores tradiciones obreras, no hicieron más que reforzar la lucha a Delfín, a los integrantes de la cada vez más numerosa Unión de Trabajadores Costureros y a todos los amigos de la Alameda que por años de lucha consecuente ha logrado adhesiones de todos los colores políticos y religiosos. Esto no quedará en un despido más, y los despidos prometidos no serán soportados.

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