Miércoles 22 de enero de 2014 | Publicado en edición impresa
Altruismo estratégico
Uno de los grandes aportes de las redes sociales es la capacidad que tienen de convertir en masivos hechos que de otro modo quedarían restringidos al plano personal o privado. Ello sucedió con la decisión del referente de la organización social La Alameda, Gustavo Vera, elegido diputado porteño por el espacio UNEN, cuando informó que había decidido donar parte de su dieta de legislador.
Vera, que milita en La Alameda sin percibir ingresos, vive de su salario de maestro de grado desde hace 28 años. Para asumir como diputado, pidió licencia sin goce de sueldo en la escuela N° 10 de Villa Lugano. Por desempeñar dos cargos de jornada simple con la máxima antigüedad, recibe mensualmente 10.000 pesos netos. El haber de bolsillo como legislador que le correspondió en diciembre pasado fue de 26.004 pesos (por 21 días de trabajo, ya que asumió el 10 de ese mes).
Apenas el nuevo salario le fue depositado, Vera anunció mediante Facebook y Twitter la donación de 16.000 pesos, es decir, la diferencia entre su sueldo de maestro y el que en ese mes le corresponde como legislador, a la organización que reúne a los familiares de las víctimas de la tragedia de Once. Y adelantó que mantendrá durante todo el mandato la decisión de cobrar sólo el equivalente a su salario docente y de destinar la diferencia a organizaciones de la sociedad civil, en forma rotativa. Las próximas donaciones serán a la Cooperativa Orgullo Qom y a la Red Infancia Robada, que lidera la hermana Martha Pelloni. Comunicada esa decisión, la mayoría de los usuarios de las redes sociales lo acompañó de manera positiva. Distinta fue la reacción de algunos colegas parlamentarios de Vera, enojados con la difusión del recibo de sueldo en el que queda expuesta la dieta de los diputados porteños. Sin embargo, la difusión de esos documentos está garantizada por el derecho a la información pública del que gozan todos los ciudadanos.
Frente al principal argumento de los críticos, Vera replicó: “No estoy diciendo que se equipare hacia abajo ni proponiendo que los legisladores ganen 10.000 pesos, pero si el sueldo promedio de un porteño es de 4000 o 5000 pesos, los representantes no podemos cobrar seis o siete veces más”.
El acto de Vera se aparta de la tradicional actitud solidaria, pues no entrega lo que sobra, sino que destina al bien público parte de lo que tiene o que, por su función, le correspondería tener. Pero, además, tratándose de un servidor público, la acción emprendida responde a lo que podría denominarse “altruismo estratégico”. El altruismo, definido como el acto de procurar el bien ajeno aun a costa del propio, se convierte en estratégico cuando desde la función de representante aporta a la construcción de una mejor institucionalidad y realza el sentido de servidor público promoviendo valores.
La decisión de Vera, además, pone en evidencia a aquellos que degradan a la democracia y se apropian de los cargos y bienes estatales, ignorando el decoro con el que debe ser ejercida una función dentro de cualquiera de los poderes públicos.
Por lo demás, la actitud del legislador nos lleva a cuestionarnos sobre nuestras falencias como sociedad, que considera un hecho coherente una acción ejemplar y la viralización de un gesto altruista una obra extraordinaria.