Dos nucleamientos de la juventud creyente de América Latina redactaron cartas en apoyo al Papa Francisco. Las razones del respaldo al primer Sumo Pontífice latinoamericano que está cambiando al mundo y la iglesia.
Por Lucas Schaerer
La iglesia universal ha decidido que un hombre del “fin del mundo” fuera el guía de los 1300 millones de católicos. De allí que no es menor escuchar a los latinoamericanos. Sobre todo los más jóvenes. Quienes han respondido, a través de dos espacios de organización, con cartas en defensa afectuosa hacia al primer Papa jesuita y latinoamericano de la historia.
Son los jóvenes de América Latina que le piden al Sumo Pontífice que no retroceda, no se desanime por los ataques y en su idioma coloquial le piden que siga haciendo lío (un término argentino “hacer lío” que se entiende por hacer alboroto, ruido, mover la estructuras anquilosadas). Esta es una expresión porteña que el propio Santo Padre popularizó a pocos meses de asumir, en Brasil, para la Jornada Mundial de la Juventud, y que volvió a citar a los jóvenes, en Paraguay, en el año 2015.
“Tenemos el deseo entrañable de acercarte el apoyo de tantos y tantas jóvenes, en este momento despiadado donde estás sufriendo – y nosotros con vos- ataques desde diversos intereses, hasta de los más perversos”, señalan las juventudes que peregrinan en Cáritas Latinoamericana, la Pastoral de la Juventud Latinoamericana, el Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, y la Red Pan Amazónica (estos impulsan el próximo Sínodo Amazonía 2019). Todos estos espacios hoy se agrupan en “Jóvenes Gestores de Una Nueva Sociedad”, que se consolida con encuentros y aún más con las nuevas tecnologías. Esta carta fue redactada en pocos días gracias a las trasmisiones por skype y los teléfonos móviles vía con grupos de whatsapp con lo que vencen a las enormes distancias.
En la carta titulada “Jóvenes Líderes Sociales de América Latina manifiestan su fidelidad y solidaridad al Papa Francisco” afirman que sueñan como él, un mundo donde “ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía” y que el método para que el sueño sea realidad es “una Iglesia en salida, que haga una opción misionera” con una matriz de “iglesia pobre y para los pobres”. Ya en portugués reconocen que este sueño es una “molestia” aunque la juventud creyente lo vive como un “aliento” cercano que los llena de “esperanzas y fuerzas” para “caminar” con su testimonio que “es el mismo que Jesucristo, por el que le valió “enfrentarse a los poderosos” y estar junto al “pueblo”.
Ellos comenzaron su carta llamándolo “querido hermano” y cierran el texto alentándolo y abrazándolo “con la ternura que aprendimos en este continente”.
Los Jóvenes del Pre-Sínodo que se encontraron en el mes de marzo en la ciudad de Roma, se encuentran articulados entre sí y escribieron una carta titulada “Al Santo Padre de los Jóvenes Latinoamericanos”.
En esta misiva aseguran estar recibiendo por los medios “información parcializada y mal intencionada sobre acusaciones hacia tu ministerio” y del Papa emérito Benedicto XVI, “que ponen en discusión las diversas reformas renovadoras que estás obrando en el seno de nuestra Iglesia”.
Estos jóvenes organizados ante el próximo Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre, le comunicaron su “total apoyo en esta ardua labor de reconstruir nuestra Iglesia”. También coinciden en una iglesia “con olor a oveja” y se ponen a “plena disposición” para ayudarlo en “la corrección fraterna a todos los niveles de nuestra Iglesia y sociedad”. También reconocen en la carta sentir “mucho dolor, indignación y vergüenza las cifras de los casos de abusos perpetrados por un importante número de nuestros sacerdotes”.
Al final del texto le piden “sigue haciendo lío” y que sepa que tiene un “pueblo joven dispuesto a ser callejero de la fe y a hacer líos de fe”.
Seguiré rezando, a mi manera, por el Papa Francisco y ahora también por ustedes, los “Jóvenes Latinoamericanos”.