La Alameda tuvo un rol clave para dejar en evidencia quien es el Yabrán de Cromañón. Rafael Levy, empresario textil esclavista y prostibulario, hoy fue detenido en cumplimiento de la condena de 4 años y medio por incendio culposo que se llevó la vida de 193 personas y dejo más de mil heridos el 30 de diciembre de 2004.
El poder mafioso de Levy es brutal por eso tanta impunidad. Es dueño junto a sus hermanos de las marcas de ropa Ted Bodin y Etam. Cinco meses después del incendio del boliche fue descubierto en una inspección ocular de la justicia que mantenía un taller textil clandestino en el subsuelo de Cromañón, y no es todo. En la misma manzana del boliche sobre Rivadavia a metros de Ecuador mantenía un prostíbulo con trata de mujeres y narcotráfico. La Alameda lo gresitró con cámara oculta en cinco oportunidades.
La estructura aún impune de Rafael Levy son las empresas fantasmas radicadas en paraísos fiscales con las cuales mantiene su conglomerado de empresas. Al punto que su prostíbulo en Rivadavia 3007 hasta hace dos semanas seguía abierto por la habilitación que le otorgó la Agencia Gubernamental de Control (AGC) como bar. Mientras que la justicia comercial, y la IGJ en manos de La Campora, siguen sin anular sus empresas ilícitas.
Fueron las investigaciones y escraches en conjunto de los militantes de la Alameda, los familiares de Cromañón sobre todo los grupos Que No se Repita y Memoria y Justicia por Nuestros Pibes, y los vecinos de Once que evidenciaron a este siniestro personaje como máximo responsable de la mayor tragedia no natural de la Argentina.