La entrevista a Gustavo Vera por el medio más leído por los hinchas de Atlanta. http://sentimientobohemio.info
Gustavo Vera es fundador de La Alameda, una organización con reconocimiento internacional que lucha contra la trata de personas. Un hincha de Atlanta muy especial en un mano a mano imperdible.
Gustavo Vera en su oficina, donde hay lugar para la lucha por la equidad y para hablar del Bohemio.
No fue sencillo ubicarlo y menos aún lograr una entrevista. Sin dudas, la palabra mágica Atlanta fue fundamental para que del otro lado del teléfono Gustavo no dijera: “Llamá en otro momento” y siguiera la charla como si de repente el tiempo se hubiera esfumado en el mundo. En La Alameda, el centro comunitario en la esquina de Lacarra y Directorio, todo fue más claro. No se trata de que no le presta atención a nadie sino al revés. Gustavo está a disposición de todo y todos. Suena el teléfono, desfilan constantemente compañeros de trabajo y hay muchas idas y vueltas, con teléfonos que suenan en forma permanente. Las conversaciones que se escuchan no hacen más que dar cuenta de que el compromiso y la pasión son la principal materia prima de este grupo de personas que luchan contra la trata y esclavitud, lideradas, nada menos, que por un bohemio.
Sin duda Atlanta tiene hinchas famosos por diferentes rubros, algunos más destacados que otros. Este es un caso muy especial: un hincha que nada tiene que ver con la farándula ni con lo deportivo, pero que a muchos bohemios seguramente les llenará de orgullo saber que lleva sangre azul y amarilla en las venas.
-Gustavo, ¿qué es La Alameda?
-La Alameda es una asamblea barrial que nació en el Parque Avellaneda cuando se derrumbó la convertibilidad y vino la devaluación, y comenzaron a formarse asambleas en todos los barrios. Yo durante muchos años viví en Warnes y Aráoz, de ahí me iba caminando a la cancha y como siempre alquilé y fui cambiando de barrio, terminé en Parque Avellaneda, y cuando estalló la convertibilidad estaba acá en este barrio. Acá se empezó a formar una asamblea barrial que se fue ocupando de situaciones que tenían que ver con el hambre y la falta de trabajo de la gente en aquel momento.
Este es un barrio que tiene muchos migrantes. Muchos estaban y están sometidos a un sistema de superexplotación, y así de a poco se comenzó a involucrar en esto La Alameda, además de que desarrolló una vasta actividad comunitaria, como un comedor popular, talleres gratuitos, apoyo escolar, artesanías, danzas, etc. Se fue involucrando en la lucha contra el trabajo esclavo y a favor de los trabajadores, primero de los migrantes y después de los costureros en general, que están sometidos en miles de talleres clandestinos utilizados por las grandes marcas para maximizar ganancias.
Hoy La Alameda es una ONG reconocida a nivel nacional, regional e internacional que lucha contra el trabajo esclavo, contra la trata de personas tanto desde el punto de vista laboral como sexual y que ha logrado unas cuantas cosas, unas cuantas leyes, ordenanzas.
Hemos hecho un centro de trabajo en Barracas con máquinas incautadas por el Gobierno y en conjunto con el INTI, para que las víctimas trabajen en forma cooperativa. Ahora trabajan más de cien costureros. La propia La Alameda constituyó una cooperativa que se articuló con otras a nivel nacional e internacional. Hizo una alianza, por ejemplo, con cooperativas de Indonesia, Tailandia y Filipinas para lanzar marcas globales libres de trabajo esclavo, y también denuncia mucho la trata sexual, lo que tiene que ver con la captación de personas por su situación de vulnerabilidad para después reducirlas a la servidumbre laboral o sexual.
La gente fue denunciando y nos fue llevando a eso: una especie de fiscalía del pueblo. La Alameda tiene varias sedes acá en Capital, en Caballito, Versalles, Liniers, Floresta, Flores, pero también en otros lugares como Córdoba, Mar de Plata, La Rioja, Río Gallegos, porque se fueron estructurando sobre la base de denuncias que fueron apareciendo. Tenemos más de 150 denuncias en juzgados a marcas que utilizan trabajo esclavo e infantil, y en materia de proxenetismo hemos denunciado y desmantelado unas cuantas redes, como las casitas de Río Gallegos, o departamentos de políticos donde funcionaban muchos prostíbulos.
-Hay una foto tuya muy conocida que apareces completamente ensangrentado. ¿Cuándo ocurrió?
-En julio de 2009, cuando estábamos rescatando a unos costureros en una inspección de la Subsecretaría de Trabajo. Unos costureros nos vinieron a pedir ayuda, y nosotros estábamos acompañando la inspección dándoles espacio y lugar a los costureros para refugiarse en La Alameda antes de ir a la oficina de Migraciones y aparecieron unos doscientos dueños de talleres clandestinos que estaban asociados a la comisaría 40° y nos dieron una paliza fenomenal.
-Casi como en la cancha…
-Peor, porque era desproporcional. Tenían palos, vidrios, nada de mano a mano. Además luego sufrimos un atentado. Cabe señalar que el comisario de la seccional 40ª, de apellido Maldonado, después fue procesado y separado de su cargo por haber estado involucrado en cohecho con prostíbulos de Recoleta y el subcomisario fue llevado esposado por haberse llevado retornos de un frigorífico. Y después de ese atentado, hubo manifestaciones de varios países, quejas en la Cancillería, mucho quilombo a nivel nacional e internacional, y ahí pararon. Pero en total, atentados tuvimos 18. Con armas de fuego, de todo tipo. Por ejemplo en un momento eran neonazis, nos pintaban cruces esvásticas y venían a la madrugada, rompían la bandera de pueblos originarios… hasta que un día encontramos la dirección de uno y fuimos como 400 a la casa.
-¿Y?
-Y no jodió más. Se tuvo que mudar.
-Se está debatiendo sobre la ley de trata. ¿Cuál es la postura de ustedes?
-Nosotros tuvimos un papel preponderante en la reforma de esta ley, que ya tuvo su media sanción. Ya logramos que se aumentaran las penas; que los tres poderes pudieran controlarse entre sí para evitar unicatos que favorecieran el cohecho; eliminamos la figura del consentimiento, que era una trampa, porque nunca podías comprobar la presencia de la víctima de trata. Lo que no logramos es que se incautaran los bienes de los esclavistas y fueran reutilizados socialmente por el Estado para reparar a las víctimas por un lado, y para desmantelar la ruta del dinero de las grandes mafias, por el otro. Lo que hizo Brasil la semana pasada, votando esa enmienda en el Congreso. Es el camino que para nosotros hay que tomar, el que ya adoptaron Brasil, Noruega y Suecia.
-¿Y porque acá no se puede?
-Es que hay muchos sectores de la corporación política relacionados con la mafia, es un vínculo muy grande. Acá hay campañas que las apoyan La Salada, los prostíbulos, que bancan los cárteles de la falopa. Fijate, tenés medio millón de personas esclavizadas. El 71% está en talleres clandestinos textiles, otro tanto en el campo, y también en zonas ladrilleras y avícolas. Sumale los ocho mil prostíbulos con miles de mujeres esclavizadas; agregale que el consumo de cocaína promedio en la Argentina es el mayor de la región, con el 2,6% contra el 1,5% de Latinoamérica. Si vas sumando todos esos delitos y caés en la cuenta de que el único detenido por lavado de dinero es un carnicero cordobés, te das cuenta de que los esclavistas están morfando en Puerto Madero.
-Sin embargo, este gobierno tiene como uno de sus puntos más fuertes la defensa de los derechos humanos. Todo esto que contás y que ustedes denuncian marca una Lierta contradicción. ¿Cómo es el vínculo entre La Alameda y el gobierno?
-Nosotros no somos pro gobierno ni antigobierno, nosotros descubrimos mafias y las denunciamos. Una vuelta descubrimos talleres clandestinos que pertenecían a la marca de la mujer de Macri. Hicimos la denuncia en el 2006 y después nos volvimos a encontrar en el 2010. Otra vuelta, investigando la causa de Raúl Martins encontramos una foto de Macri y Awada en un prostíbulo en Cancún, eso lo publicamos y fue un escándalo el verano pasado. Es una causa que está tramitando el juzgado de Servini de Cubría. Lo mismo cuando descubrimos los departamentos prostíbulo que eran propiedad del Dr. Zaffaroni, donde ya hay un pedido de indagatoria a Montiveros y a toda la banda que andaba por ahí. No especulamos en ver a quién pertenece el negocio ilícito a la hora de denunciarlo. Si lo descubrimos, lo denunciamos. Hay gente del gobierno que trabaja bien, hay gente del gobierno que trabaja mal y así de todos los gobiernos.
-De hecho, por lo que se ve en esa pared, la Legislatura los ha premiado por su trayectoria.
-Nos dio un reconocimiento a la trayectoria mediante una declaración en un acto que se hizo el 27 de junio, donde votaron todos los bloques menos el Frente para la Victoria. Incluso nos votaron bloques a los que denunciamos. Pero, bueno, hay sectores del gobierno nacional, como por ejemplo, el INTI, con el que trabajamos muy bien con ellos, estrechamente. Nosotros no tenemos una posición prejuiciosa ideológicamente, nosotros investigamos dónde hay mafias y las denunciamos.
-Antes hablaste de la calle Warnes. ¿Ahí te criaste?
-No, viví muchos años ahí. Yo me crié en 3 de Febrero. Siempre pasaba por el tren y veía la cancha. Empecé a seguir a Atlanta en el 77 y de ahí para toda la vida.
-¿Pero venías de familia de hinchas de Atlanta o la luchaste solo?
-No, yo solo. Mi vieja es de San Lorenzo, mi viejo es de Boca, y a mí no me gustaban ni Boca ni San Lorenzo. Mi padrino me insistía en que fuera a ver a Chacarita, y yo no quería ni a palos, y empecé a ver a Atlanta cuando atajaba Reggi. Creo que ese año estuvo 15 fechas puntero, y en esa época pasaban en la tele al puntero siempre, así que Atlanta era televisado mucho.
-¿Sos de ir mucho a la cancha?
-Hasta el incidente de Tigre-Chicago iba siempre, especialmente de visitante. Me encantaba ir de visitante. Me iba en moto a Cambaceres, a Flandria, a Rosario. Me gustaban mucho esos partidos. De local lo seguí mucho. Obviamente que hay campañas que prácticamente las seguí enteras: la del 85, cuando perdimos con Raácing en esa final; a de la B metro en 1995, cuando ascendimos con Dock Sud, y muchas en Primera A. Es más, el último en Primera que vi en la cancha fue en el 84, cuando le ganamos a Boca en la Bombonera 2 a 1, que ellos jugaban con los suplentes.
-¿Que equipos y equipos recordás que te hayan marcado?
-Es difícil… Mirá, el del año pasado, cuando ascendimos, era un equipazo, jugaba muy bien. El triunfo a River me marcó mucho. Pero el que más recuerdo creo que fue el del 85, cuando llegamos a la final con Racing, era un equipazo. Lástima esa final con Gette, y ese penal que no nos cobraron en el segundo partido. Esa campaña fue muy linda. Otra fue la del 79, cuando descendimos con ese cuadrangular terrible y la última fecha con Gimnasia. Fui a todos los partidos. Pero bueno, yo lo sigo igual a Atlanta, es un sentimiento. Por eso es difícil, tengo partidos más que campañas que me marcaron.
-Y yendo tanto de visitante deberás tener algunas anécdotas interesantes…
-Me acordé de otro partido, el 3 a 3 con Cambaceres, que perdíamos 3 a 0. Terminó y me tuve que ir rajando con la moto por una calle en contramano ¡ja, ja! Un sábado a la tarde ir a ver a Atlanta en moto es lo mejor que hay.
-¿Estás al tanto de Atlanta a nivel institucional y político?
-Sí, estoy al tanto.
-El presidente debió hacer una probation en La Alameda por ejemplo…
-Así es. Nosotros nos pusimos contentos cuando llegó el oficio. Acá siempre libran oficios de este tipo, pero que llegue uno de Korz no se da todos los días. No sé que era, algo contravencional en relación con el club. El con la probation debió donar artículos de limpieza para el comedor de acá. Acá vienen a comer más de cien personas gratuitamente.
-Lo que son las casualidades…
-Sí. Nos invitaron a todos a ir a la cancha después. Pero te voy a contar otra anécdota. En el 2004, cuando empezamos a sufrir los atentados neonazis de skinheads, empezamos a juntar gente para ir a escracharlos. Por cercanía vino la barra de All Boys, y yo les dije que por primera vez iban a hacer un trabajo conjunto con Atlanta… ¡y no vinieron más!
-Volviendo a la política del club, me interesa tu opinión en esta época un tanto convulsionada.
-Creo que comparados a los 90 estamos muchísimo mejor. El club está empezando a ordenarse, hay actividades que funcionan y se parece mucho más a un club. Todavía falta mucho obviamente, en materia futbolística no estamos bien, pero el Nacional B tampoco fue un desastre, yo no creo que nos hayan pasado por arriba. Empatamos muchos partidos, la defensa no andaba tan mal, pero la anemia ofensiva fue importante. Creo que muchos partidos los jugamos de igual a igual, le empatamos a uno de los que ascendió directamente, le ganamos al otro, Instituto nos ganó sobre la hora, me parece que los que teníamos que ganar no los ganamos y los que en la previa eran perdibles fueron bien jugados. Yo creo que la gente se dio cuenta de eso, no es un equipo que pasó vergüenza, que ya te dabas cuenta que merecía descender quince fechas antes. Fue un campeonato muy competitivo y Atlanta creo que no hizo un papel desastroso. Hay partidos como el de Desamparados, Boca, Merlo, Patronato, que debió ganarlos y no se ligó arriba, no tuvimos delanteros a la altura del Nacional B. Es decir, los Soriano para la B Metro son un lujo, porque tenés dos o tres errores en el área para aprovechar. En el Nacional tenés con suerte uno, y si no lo aprovechás es difícil que haya otro.
-¿Que jugadores te gustaron?
-Milán me gustó mucho. Toda la defensa, para mi anduvo bien esa línea.
-Volviendo al tema de la violencia, antes justo hablaste de la barra de All Boys…
-No preguntes nada, mira que estoy en el barrio ¡ja, ja!, no me metas en líos, además los conozco a todos de chiquitos. Pero, mirá, me acordé de otra anécdota, el día que le ganamos con el gol de Mosquera sobre la hora, terminó el partido y todos se fueron en los micros, yo quedé solo porque me venía caminando, me venía tranquilo silbando bajito entre todos los de All Boys que salían como locos. Pero no pasó nada, está todo bien.
-Lo que te quería preguntar en relación con el racismo y el fútbol, algo que en Atlanta lo vivimos seguido. ¿Qué opinión te merece?
-Me parece que deberíamos tener una sola vara y una sola medida. No me parece que debamos estar quejándonos de los cantos antisemitas si nosotros tenemos cantos racistas hacia otras personas. Me parece que la discriminación es algo que no consentimos y es algo absolutamente reaccionario. Si no nos gustan los cánticos de Chacarita, Chicago o Defensores, no podemos nosotros responder de la misma manera. Creo que la AFA debería ser mucho más tajante, no sólo parar un partido contra Atlanta, sino también cuando en Atlanta haya expresiones racistas, me parece que la ley debe ser pareja para todos. Está todo bien el tema de las cargadas y demás, pero cuando se meten con temas que tienen que ver con la nacionalidad, origen, color, es una cagada, porque eso promueve más violencia.
-¿Te gustaría dejarles un mensaje a los hinchas, que tal vez ahora unan tu cara de vista en la cancha con todo el laburo que haces desde La Alameda?
-El hincha de Atlanta es un hincha sufrido, que además en general es un hincha pacífico, que no busca el quilombo. Tiene que seguir al equipo a muerte, no importa la categoría. Más allá de la diferencia de matices hoy que se dan en lo que hace la Comisión Directiva, me parece que en conjunto el club no está nada mal, podría estar mejor. Pero este periodo que se está dando no es un saldo negativo, está la sede, se activaron muchas cosas, el club está más ordenado, se terminaron muchos curros de otras administraciones, pero evidentemente hace falta gente en el área futbolística que con dos pesos pueda armar un equipo que funcione y sea competitivo, que no es fácil. La realidad es que nos tocó un Nacional B durísimo, con equipo grosos, y nosotros prácticamente tuvimos la estructura de la B Metro. Esperamos ascender de nuevo, pero que sea un ascenso no inflacionario, que podamos ascender sobre la base de una estructura sólida, y ojalá que nos vuelvan a dejar ir a ver Atlanta de visitante otra vez a la canchitas.
GG / EDGARDO IMAS
Trabajo en negro hace 9 meses en un taller 12 horas diarias y me pagan 1400 mensuales, me pueden asesorar q tengo q hacer?