El más conocido y antes temido servicio de inteligencia argentino estuvo cara a cara con el titular de la Alameda. En el marco de una audiencia en la Sala I de la Cámara Federal se discute una causa que ya fue desestimada por dos fiscales y una jueza de primera instancia federal. Expuso solamente el abogado de Stiuso argumentando según su parecer por què había que desarchivar la causa. Luego se pasó a un cuarto intermedio para definir si la causa concluye o continúa.
Entre los argumentos del abogado de Stiuso, dice que su cliente se siente perseguido por las denuncias que le hizo Vera y que el asado que un domingo tuvo con algunos jueces y fiscales sería para seguir haciendo operaciones en su contra. La prueba? Un artículo de Clarin que habla de un asado “secreto” que nunca fue secreto. El denunciante? Un agente de inteligencia que la propia Lilita Carrio denunció como tal en el marco de otra causa.
Lo real es que ese almuerzo con jueces y fiscales no tuvo nada de secreto y fue para preparar un coloquio en la Legislatura porteña sobre trata y crimen organizado. Pero un periodista de Clarín en base a un seguimiento y denuncia de los servicios, insólitamente lo convierte en causa judicial que ningún fiscal, ni magistrado interprete como tal, pero que Stiuso insiste en que fue un “encuentro” para planificar acciones en su contra. Cabe señalar que pocos dìas después de aquel artículo de Clarín sobre el “asado secreto”, el director del diario La Nación fue personalmente a la casa de Gustavo Vera a advertirle sutilmente que dejara de invitar jueces a coloquios del Vaticano que no eran del agrado de su diario.
Antonio Stiuso mediante su abogado Blanco Bermudez, no solo se mostró como perseguido, sino que ademàs se quejó de la causa por enriquecimiento ilìtico que los servicios le sacaron a 3 jueces federales para que recayera en Marcelo Di Giorgi y luego la archivara. Sobre esa causa, sin ninguna vergüenza, Blanco Bermudez manifestó que su cliente solo tenia un reporte de operaciones sospechosas por…42 mil pesos, cuando la Alameda le habia descubierto màs de 60 inmuebles entre propiedades y empresas que no podía acreditar con su salario.
La causa es tan endeble que dos fiscales (Patricio Evers que falleció y luego Alejandra Mangano desestimaron la existencia de delito) y la jueza María Romilda Servini de Cubria no consideraron delito alguno y la desestimaron a la denuncia. También fueron denunciados dos jueces federales (Sebastían Casanello y Daniel Rafecas) en este expediente pero es tan endeble que ni siquiera se han presentado en la causa y menos aún designaron abogados defensores.
El real motivo de la payasada de Stiuso de hacerse pasar como víctima y de vida frugal, es anticiparse y denunciar falsamente a jueces que no controla para que si alguna causa contra èl cae en manos de estos, le quede el recurso para recurrirlos.
Para el abogado de Gustavo Vera, que hoy fue impedido de exponer y va apelar un descargo por coartar la legítima defensa, “Stiuso tiene como fin último y real que los magistrados judiciales acusados se vean impedidos, en el futuro, de juzgar al aquí querellante. Buscando así un blindaje para que únicamente lo puedan investigar los jueces que han tenido una fluida vinculación con el aquí querellante”.