El pasado 22 de abril se realizó el Encuentro Nacional de Bien Común y La Alameda, con la participación de representantes de distintos lugares del país, respaldado a la mañana por dirigentes políticos, económicos y sociales multipartidarios.
Allí, se llevó a cabo un debate entre los referentes nacionales para elaborar el documento final, con 20 puntos básicos centrales para el ejercicio de la política, con el objetivo de construir el Bien Común.
Los siguientes son los 20 puntos básicos:
1. La política debe ser la forma más alta de caridad y solidaridad con la comunidad. Debe ser la expresión más elevada de amar al prójimo como a uno mismo.
2. El ejercicio del poder público debe estar en permanente servicio al pueblo. El bien común prioriza a la patria por encima de cualquier interés individual.
3. Cuando el poder público se utiliza para el bien propio se generan las condiciones para la corrupción y la impunidad.
4. Los funcionarios deben predicar con el ejemplo. Cuanto más elevada sea su función, más deben demostrar humildad, austeridad, preocupación y vínculo permanente con los más necesitados. Desde Bien Común practicamos el principio cuanto más alto, más bajo.
5. Los sueldos de los funcionarios públicos electos deben ser equivalentes al de un director de Escuela u Hospital y no al de un gerente de una multinacional.
6. Los funcionarios en ejercicio de la función pública deben atenderse en hospitales y escuelas públicas y no en empresas privadas sostenidas con los impuestos de los ciudadanos.
7. Ciertamente la ejemplaridad y honestidad de los funcionarios públicos no es suficiente para construir poder popular. Pero es necesaria para que ese poder siga en manos del pueblo y no pase a manos de los grupos concentrados como la historia lo ha demostrado.
8. Cuando hay corrupción en el ejercicio del poder y no se lo combate, las propuestas más nobles terminan siendo distorsionadas por la corrupción. Esto es aprovechado por la corrupción estructural del poder concentrado contra el pueblo y trae males mucho mayores.
9. La corrupción y la mafia deben ser denunciados, aunque sean del propio espacio político. Se debe terminar con los pactos de silencio o de omertá en los cuales sólo se pide transparencia puertas para afuera del espacio al que uno pertenece, pero se calla ante las desviaciones en el campo propio.
10.Los delitos de corrupción y los vinculados con el crimen organizado deben ser imprescriptibles de manera tal de desalentarlos del ejercicio de la función pública.
11. Para derrotar a las mafias es indispensable desmantelar su base económica. Los bienes de los mafiosos y corruptos deben ser incautados y reutilizados a favor de la sociedad.
12.Como sostiene Francisco, no hay cambios profundos a favor del pueblo si no comenzamos por nosotros mismos con una revolución cultural. Como decía Perón, no hay comunidad organizada sin una espiritualidad y ética social en el ejercicio del poder.
13.Para reconstruir una democracia social y una comunidad organizada y solidaria hay que desterrar la idea del sálvese quien pueda y subordinar las políticas públicas al bienestar e inclusión del pueblo. El derecho a la propiedad de los medios de producción y a la tierra deben ser respetados siempre y cuando cumplan una función social y estén subordinados y contribuyan al bienestar general.
14.La dignidad del trabajo es condición necesaria para la inclusión y el bienestar del pueblo. Todo cambio tecnológico debe estar subordinado a la preservación del trabajo humano como herramienta de dignidad y progreso. Como sostiene la Laudato Sí, el ideal de la fraternidad, de la armonía, de la justicia y la paz de Jesús se encuentran en las antípodas de la ley del más fuerte. Tierra, Techo y Trabajo son las condiciones básicas del bienestar humano.
15.La organización de la comunidad debe tener como centro a las mujeres y los hombres de nuestra Patria y no a la máxima ganancia. Cada actor social de la comunidad, incluido los empresarios, tendrán estímulos para progresar siempre y cuando no generen cultura del descarte y nuevas formas de esclavitud y esté asegurada la dignidad del trabajo de todo el pueblo. Como sostiene la Laudato Sí, hay que producir según las necesidades humanas y no del beneficio inmediato. Hay que poner la política y la economía al servicio de la vida humana. Como sostiene el Proyecto Nacional de Perón, hay que superar la anarquía productiva basada en el rédito inmediato mediante la democracia social y la planificación.
16.El cuidado y preservación de nuestra Casa Común (el medio ambiente) es condición necesaria para una comunidad organizada y sustentable. Tenemos la obligación como especie de hermanarnos con la madre tierra y dejarla mejor de lo que la encontramos para las futuras generaciones.
17.Debemos trabajar urgentemente por resolver el tremendo daño ambiental que ha provocado el sistema basado en el paradigma tecnocrático, el consumismo desenfrenado y la máxima ganancia. Males como el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la desforestación, entre otros males que tienen relación directa con el crecimiento de la pobreza y el analfabetismo. Hay que frenar la irracionalidad suicida y reemplazarla por una racionalidad comunitaria estimulando la solidaridad intergeneracional para recuperar y custodiar los recursos naturales y dejarlos disponibles para las futuras generaciones.
18.Debe practicarse y fomentarse la cultura del encuentro entre todos los que defendemos la vida, la libertad y la dignidad superando las divisiones entre las distintas posiciones políticas e ideológicas, creencias religiosas e identidades culturales.
19.La unidad y la cooperación de Latinoamérica como la Patria Grande son condiciones necesarias para alcanzar la soberanía política, la independencia económica y la justicia social de nuestros pueblos. Hay que transformar la actual globalización de la indiferencia en una globalización de la solidaridad y cooperación entre los pueblos respetando sus identidades culturales.
20.La lucha por la paz es condición necesaria para la existencia humana. Las guerras son promovidas por los grandes grupos de poder concentrados en aras de ocupar mercados, saquear sus recursos y fomentar el negocio de las armas y la muerte. Es necesario trabajar sin cesar por fortalecer el consenso mundial por la paz con los pueblos movilizados y neutralizar a los señores de la guerra.