El legislador porteño Gustavo Vera pide mayor acción policial en el Barrio Illia. La Fundación Alameda denunció lugares donde habría prostíbulos y venta de drogas. Los vecinos piden ayuda y Berni desmiente que Gendarmería esté sobrepasada.
Por Andrés Klipphan
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Verónica Weimar y María Eva Zamorano son dos valientes mujeres del barrio Illia, del Bajo Flores, en la Ciudad de Buenos Aires. El martes pasado a la noche, mientras realizaban una entrevista televisiva, recibieron golpes y pedradas por parte de motoqueros y jóvenes encapuchados. Ambas denunciaban a las bandas narco que desde 2012 se fueron apoderando del lugar ante la pasividad de las autoridades policiales, judiciales y políticas.
Ese mismo día más temprano, tanto ellas como Gustavo Vera, titular de la Fundación La Alameda y legislador porteño, junto a un puñado de vecinos de Flores, intentaron entregar una denuncia escrita a la procuradora Alejandra Gils Carbó, la jefa de los fiscales.
Se trataba de un mapa del delito de la zona y de los puntos de venta de drogas del barrio Illia. La funcionaria no los recibió.
De eso hablaban Weimar y Zamorano cuando fueron agredidas, según ella, por “punteros de los narcos”, que los enviaron para atemorizarlas y callarlas.
Vera, amigo personal del papa Francisco, fue tajante ante “Democracia”: “Los narcos coparon el barrio Illia, un lugar donde vive gente humilde pero decente que los narcos intentan expulsar”.
El mencionado lugar está ubicado entre las calles Ana María Janner, Agustín de Vedia, José Barros Pasos y Presidente Camilo Torres y Tenorio.
Según el relato del legislador, los narcos de Flores “ya controlan el correo postal, la instalación de televisión por cable, acorralaron a los gendarmes en los destacamentos y hasta impiden la construcción de una capilla en un terreno del barrio que compró el entonces Jorge Bergoglio siendo arzobispo”.
–¿Pero los gendarmes no están ahí para cuidar a los vecinos?
–Sí, al principio lo hacían y la gente estaba más tranquila, más cuidada, pero ahora fueron acorralados y hasta ellos tienen miedo.
–¿Ustedes ya hicieron la denuncia o esta es la primera vez?
–La causa está radicada desde hace dos años en el juzgado de Norberto Oyarbide, pero nadie hizo nada. Y los narcos fueron extendiendo su poder en el barrio.
–¿Cómo lo hacen?
Les compran las casas a los vecinos bajo amenazas. Así se van extendiendo y copando el barrio. Y si no les venden los terrenos, las casas, los matan.
–¿Qué marcaron en el mapa que intentaron entregarle a la procuradora?
–La ubicación exacta de los búnkers narcos, un prostíbulo con víctimas de trata y desarmaderos.
–¿No es fuerte decir que todo un barrio fue copado por los narcos?
–Pero es así. El barrio está bajo el poder de los narcos y cada vez que los funcionarios se acercan para reunirse con los vecinos, reparten con su puntera política bolsones de comida y tarjetas de los planes.
Antes de ser golpeadas, las vecinas del barrio Illia aseguraban, como Vera, que “Estamos rodeados por los narcos. No dejan ingresar a los carteros y ellos nos entregan las cartas ya abiertas. Tampoco dejan entrar a las ambulancias, les pegan a los médicos; y para tener cable tenemos que pagarles a los narcos, porque no dejan entrar a las empresas de telefonía”.
Sergio Berni, secretario de Seguridad, salió a poner paños fríos ante el escándalo desatado. Dijo que ya inspeccionó los prostíbulos y supuestos búnkers de venta de drogas y no encontró nada, y tildó de “falsas” las acusaciones.
Vera, por su parte, asegura que quien miente es Berni ya que no hizo nada para proteger a los vecinos que con sus reclamos llegaron hasta la Casa Rosada con el mismo magro resultado. Los narcos siguen avanzando y expulsando del barrio Illia a los que solo quieren trabajar y vivir en paz. ¿Tan difícil es?