Lydia Cacho es una periodista y militante antimafia que se juega la vida todos los días en México, y que ayer visitó nuestro país. Ha sido secuestrada, torturada y se encuentra amenazada de muerte por la mafia del narco-proxeneta de México, también el poder político la privo de su libertad.
FOTO: La reunión tras la presentación del libro “Esclavas del poder”.
Sus investigaciones se publican en el diario El Universal pero también es autora de libros, el último “Esclavas del Poder” que vino a presentar previa Feria del Libro. Era inevitable que en la conferencia de prensa Lydia Cacho hablara de Raúl Martins, uno de los líderes en el tráfico de argentina a México y amigo personal del juez federal Norberto Oyarbide, de los cárteles del narcotráfico “Los Zetas” en nuestro país en conexión con iglesias, y de la situación de mafiosidad de argentina y el rol de los Estados Unidos en la cultura prostibularia.
http://www.youtube.com/watch?v=MfQ9Gh0s1rk&feature=relmfu
VIDEO: Parte de la conferencia de prensa
Cacho fue presentada por su editor. Sin filtros la valiente periodista mexicana señaló que en Argentina “hoy medio millón de personas están esclavizas, que por lo menos 8 mil prostíbulos y más de mil en la Ciudad de Buenos Aires”. La prestigiosa periodista hizo mención delante de los medios de comunicación nacional e internacional de Lorena Martins, la hija del mafioso que visita el jefe de Gobierno Mauricio Macri, y de la Alameda. Tras la conferencia Lydia Cacho se reunió en privado con el periodista e integrante de la Fundación Alameda, Lucas Schaerer, y con la denunciante Lorena Martins.
La Alameda le trasmitió la invitación al Tercer Congreso Antitrata del Interior y Mercosur que se realizará a principios de septiembre en la provincia de Córdoba, en la ciudad de Villa María.
Los denunciantes, periodistas, militantes, víctimas y la sociedad civil animafia organizada no solo pelea en su país, la lucha ya es global para erradicar la mafiosidad que es mundial.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-191511-2012-04-10.html
“Una nena se puede vender cientos de veces”
En una conferencia de prensa cuestionó la inacción del Estado, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, para combatir la explotación sexual. También aportó datos de su investigación sobre el caso Martins.
Por Soledad Vallejos
“En Argentina, hay medio millón de mujeres atrapadas en redes de trata, existen ocho mil prostíbulos, entre ellos los mil verificados en la ciudad de Buenos Aires por (la ONG) La Alameda. La trata es un problema conocido.” Con esos datos fríos y contundentes comenzó la periodista mexicana Lydia Cacho su conferencia de prensa en Buenos Aires. Durante cerca de una hora, se explayó no sólo sobre los casos documentados en su libro, Esclavas del poder, sino que también actualizó fluctuaciones del mercado que sobrevive a costa de secuestrar y explotar sexualmente a mujeres y niñas “y algunos varones, que son menos y suelen quedar invisibilizados”. Entre el público, la escuchaban la activista trans Lohana Berkins, la actriz Dolores Fonzi y Lorena Martins, la mujer que denunció a su padre, el ex agente de inteligencia Raúl Martins, como proxeneta e integrante de una red de trata de mujeres. Cacho la mencionó en más de una oportunidad, al referir la causa, pero también al recordar que la trata y la explotación sexual pueden existir no sólo por apoyos y redes entre sectores del Estado sino también por cuestiones culturales y sociales. “De otra manera no se entiende cómo un jefe de Gobierno pueda hablar, supuestamente como chiste, de la importancia de crear prostíbulos y lavanderías, en obvia referencia al lavado de dinero, como hizo (Mauricio) Macri.”
La referencia era a los videos que registraron que, en descansos de grabación de spots de la campaña electoral, Macri bromeaba con que a Pino Solanas, durante un debate televisivo, debía respondérsele: “Pino, hay que darle trabajo a Constitución; yo puse una tintorería y un prostíbulo, una tintorería y un prostíbulo. Porque si no las sábanas están sucias”.
De paso en Buenos Aires para la grabación de un programa televisivo, Cacho explicó que “el mercado” que generan y abastecen las redes de trata y explotación sexual en los últimos años cambió. “Durante más de una década y hasta hace unos cuatro años, en los prostíbulos mexicanos había gran cantidad de argentinas. Pero en los últimos años se registran cambios, son llevadas mujeres de algunos países de Europa y Asia. Un día cambió. No tengo claro por qué. Y nadie lo cuestionó.” En América latina, evaluó, las redes y la esclavitud sexual fueron visibilizadas más fuertemente por la sociedad civil que por la acción de los Estados, por “el movimiento de mujeres y las feministas y las organizaciones civiles”. Sin embargo, “no conozco ningún otro país donde sea tan efectivo el trabajo de la sociedad civil como la Argentina”, señaló, pero “a la vez nunca encontré un país con tanta resistencia de un Estado a ir contra la trata” como el argentino.
“La cultura prostibularia no se puede desarrollar sin apoyo y protección política, pero no sólo eso, sino también de los militares. Ese ha sido el proceso cultural en el mundo”, desde la instauración de los circuitos de prostitución forzada en Tailandia y Camboya.
Poco antes, Martins contaba a este diario que desde hace meses ella y Cacho permanecen en contacto constante. “Todavía me acuerdo de que cuando salió el libro (Esclavas…) yo estuve por hacerle una demanda, porque hay todo un capítulo que es sobre mi papá. Sí, no le creía. Todavía no creía. Después empecé a ver que era verdad”, contaba. Poco después, Cacho retomaba la historia que narra en ese capítulo, “El intocable”, para ratificar que las organizaciones de trata operan a nivel trasnacional, como lo demuestran “las vinculaciones entre redes de México, Argentina y Venezuela”. En México “comenzó Raúl Martins, muy vinculado con un gobernador, un personaje muy importante porque tiene casinos y relación con las mafias del norte” del país. “Martins y (Gabriel) Conde (hijo de un dirigente de Boca, mencionado también en la causa penal) se instalaron en Cancún con protección de jueces.”
Los vínculos que ya se han podido demostrar entre diferentes acusados, dijo Cacho, ratifican que las redes existen y tienen estrategias, objetivos e intereses en común. “Sería importante lograr que Argentina y México vincularan sus investigaciones, y lograran que Interpol se sumara” para dar cuenta acabadamente de las ramificaciones de estos negocios clandestinos.
“Expertos mexicanos dicen que si Raúl Martins fuera extraditado a Argentina, las cosas cambiarían en la región”, evaluó Cacho, habida cuenta de que un avance significativo en el caso de quien fue apodado “el rey de la prostitución” podría influir en “el corredor entre Paraguay, Brasil, Bolivia, México, y que también pasa por Guatemala”. Entretanto, los prostíbulos mexicanos atribuidos a Martins siguen funcionando, con menos mujeres argentinas, “porque ha cambiado el mercado. Al mercado lo determinan los clientes y ahora los clientes buscan más cubanas, brasileñas y paraguayas”.
De todos modos, en los últimos años, señaló Cacho, ha habido cambios también en los modos de operación de los tratantes de personas. Las investigaciones demuestran que los carteles mexicanos Los Zetas y el de Sinaloa, por ejemplo, se han metido de lleno en estas operaciones, porque “vender un ser humano es mucho más redituable que vender droga”. “Lo dijo un ex traficante detenido en California al que pude entrevistar: un kilo de cocaína lo vendes una vez y ya; a una niña puedes venderla cientos de veces.”
“En la Argentina hay 8000 prostíbulos”
Así lo aseguró la periodista mexicana, de visita en Buenos Aires. Investigadora del fenómeno de la trata de personas en todo el mundo, afirma que “la cultura prostibularia no podría existir sin la protección de políticos, jueces y policías”.
Por Natalia Páez
La cultura prostibularia no podría existir sin la protección de algunos políticos, jueces, policías y militares. Esto es algo que tenemos clarísimo los que investigamos la trata de personas a nivel internacional”, afirmó ayer Lydia Cacho, rodeada de guardaespaldas.
Desde hace cinco años, esta periodista mexicana, autora de importantes libros sobre personas en situación de esclavitud, ya se ha convertido en una causa en sí misma. Una causa que milita y por la que ha dado nombres y apellidos, y que le ha valido ser amenazada de muerte y hostigada al punto de tener que vivir custodiada por agentes de seguridad. Autora de varias obras de gran impacto social, su trabajo fue premiado en distintas ocasiones por organismos internacionales como Amnistía, UNESCO o Human Rights Watch. Es también una reconocida activista por los Derechos Humanos y creadora de una ONG en Cancún que rescata mujeres y niñas en situación de esclavitud sexual. Con motivo de la presentación de su nuevo libro, Esclavas del poder (Editorial Debate), ayer brindó una conferencia de prensa en Buenos Aires.
El trabajo es una investigación periodística que parte de historias individuales de mujeres y niñas que sobrevivieron a su venta a las redes mundiales de trata de personas. A partir de casos concretos, Cacho siguió la línea de investigación que le condujo hasta las mafias de tratantes.
“En estos cinco años he visto el ejercicio de la crueldad más infame, con niñitas prostituidas, vejadas”, dijo, y continuó: “Pero también vi gente arriesgándolo todo por salvarlas. Eso me ayudó a no perder la cordura ante tanto horror, y a no perder la fe en el género humano”. En ese marco mencionó los escalofriantes datos de la Argentina que surgen de las que –a su juicio– son las mejores estadísticas en el tema, elaboradas por la ONU, contra la droga y el delito. “En la Argentina hay medio millón de personas en situación de esclavitud. Ocho mil prostíbulos, 1000 de ellos reconocidos en Buenos Aires”, explicó. “Este país me interesaba en mi investigación por más de una razón. Entre ellas, que las mujeres argentinas tienen fama en la red de la prostitución como de ser las más bellas, al menos así era en México, donde históricamente tuvieron mucho éxito. Y también en mercados como Japón, donde para la clientela son consideradas mujeres exóticas”, dijo en su explicación sobre las leyes de este mercado negro.
Entre los datos que se revelan en la investigación, la autora mexicana afirmó tener “datos relevantes” respecto de la presencia de cárteles de droga relacionados con la trata que ya están operando en la Argentina. “En Córdoba y en una ruta hacia el norte del país”, en muchos casos “ayudados por las iglesias”, ya están operando. “Tanto Los Zetas, como el Cártel de Sinaloa, ya están aquí. Tengo evidencia clarísima de que estos criminales organizados hacia el norte ya comenzaron a instalarse. Y están comprando seres humanos. A través de curas han logrado incursionar en comunidades y hacer esclavos”, denunció.
La periodista señaló que es curioso que en la Argentina, que aún no cuenta con una ley contra la trata de personas, a diferencia de su país, sucede algo curioso con los medios, que no ocurre en México. Y es que hay casos que logran gran visibilidad mediática, como el de Marita Verón. También explicó que está creciendo la prostitución no sólo con mujeres y niñas sino también con varones jóvenes, “que son cooptados para redes de trata que proveen servicios de esclavitud para clientes homosexuales y homosexuales de closet”, explicó.
Cacho sostuvo que la decisión de prohibir el llamado Rubro 59 en los diarios es una medida políticamente coherente para los Estados que procuran luchar contra la trata de personas. “Es una medida que sirve. La investigadora estadounidense Melissa Farley demostró cómo la mayoría de los anuncios de prostitución de los periódicos están directamente relacionados con redes de tratantes”, aseguró la investigadora mexicana.