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ni esclavos ni excluidos

No más cadenas. La cooperativa textil como alternativa a la esclavitud

ByLa Alameda

Sep 4, 2011


El siguiente artículo fue publicado en tapa de la revista Colsecor de la provincia de Córdoba.

El taller textil cooperativo “20 de diciembre” integra a víctimas de trabajo esclavo a través de la autogestión y la economía solidaria.

Este proyecto nació en el 2002 en Barrio Parque Avellaneda de la ciudad de Buenos Aires. Comenzó con cinco integrantes y hoy cuenta con 13 socios.
El objetivo es crear trabajo digno y mostrar que otra forma de producir es posible, respetando a cada integrante de la cadena de producción y sin cobrar precios excesivos a los clientes.
En este tiempo, la cooperativa “20 de diciembre”, demostró su fortaleza como emprendimiento autogestivo, cuenta con clientes fijos y además realiza a pedido todo tipo de prendas. La totalidad del trabajo es efectuado en el lugar, comenzando por el diseño, pasando por la moldería, corte, costura y estampados.
Este emprendimiento integra a personas que trabajaron en talleres ilegales y realiza acciones tendientes a erradicar el trabajo esclavo.
“Para dar una idea, en la cooperativa pagamos $9 una remera básica, mientras que en los talleres clandestinos se abona alrededor de $0,50”- asegura Tamara Rosemberg, socia de la entidad.
Nadie trabaja más de ocho horas, en el caso de que los pedidos excedan la capacidad productiva, se incorpora a otra persona.
Hace cuatro años nació la marca “Mundo Alameda”, con el objetivo de tener la línea propia, comercializar sin intermediarios y a un precio justo. Los diseños nacen de las ideas de los integrantes y los productos son comercializados en toda Argentina vía Internet. En el exterior, pueden adquirirse en Alemania, Italia y España.
La entidad está hermanada con la cooperativa tailandesa Dignity Returns (La dignidad regresa) que cuenta con 12 socios, que lograron obtener un crédito y autogestionar su trabajo, recuperando la fábrica en la que alguna vez trabajaron 400 personas.
Juntas, estas experiencias de economía solidaria llevan adelante la marca global “No Chains” (Sin cadenas) una línea de remeras que simboliza la lucha por un mundo sin trabajo escalvo. “Ya lanzamos dos colecciones. La primera en junio del 2010 y la segunda en enero de este año. Con ello queremos generar conciencia tanto en los trabajadores como en los consumidores porque la marca trabaja sin explotación laboral y con un precio justo. Buscamos que se sumen emprendimientos de todo el mundo, para que este mensaje se multiplique. Ya se unió la cooperativa filipina “Defender Shop” y hay otra de ese lugar interesada, así como una de New York. Para aprobar el ingreso, nosotros comprobamos que estén comprometidos en la lucha por los derechos laborales”- sostiene Tamara.
Todos los diseños de la marca tienen mensajes promocionando los derechos del trabajador. Para ello se realizaron concursos entre diseñadores de todo el mundo y los modelos finales fueron elegidos democráticamente por miembros de ambas cooperativas. Hay diseños de Corea, Hong Kong, Argentina, Estados Unidos e Indonesia.
Trabajo y compromiso comunitario
La Cooperativa “20 de diciembre” no se originó como un esfuerzo aislado, sino que forma parte de la asamblea barrial del mismo nombre, más conocida como La Alameda, que nació en pleno auge de la crisis del 2001, reuniendo a un grupo de vecinos que buscaban una salida a su situación. “Además de discutir los problemas generales de la sociedad y reclamar ante un Estado ausente, había urgencias como el hambre y la desocupación. Comenzamos a trabajar y en unos meses recuperamos el ex Bar La Alameda, que años antes había sido abandonado por sus dueños. Inmediatamente pusimos en marcha un comedor comunitario con donaciones de los vecinos y comerciantes hasta que logramos legalizarlo en el 2003 e ingresamos en un programa del gobierno de la ciudad. Luego, teniendo en cuenta los costureros de talleres clandestinos que se acercaban al comedor, observamos que era necesario comenzar a generar fuentes laborales de forma solidaria y cooperativa, como una manera de recuperar la cultura del trabajo y la dignidad de las personas”- comenta Néstor Escudero, síndico de la cooperativa.
Todo el trabajo del área social es realizado por voluntarios. En el comedor, se da el almuerzo a 100 personas de lunes a sábados y los beneficiarios rotan para limpiar y cocinar. También ofrece apoyo escolar, biblioteca popular y taller de electricidad, entre otras cosas.
La asamblea posee su área gremial, la Unión de Trabajadores costureros, que efectúa denuncias y presentaciones a la justicia. Sureclamo central es que tras la clausura de los talleres clandestinos, las máquinas sean confiscadas y entregadas a los trabajadores para que asuman la producción en forma cooperativa. Por otro lado se creó la Fundación Alameda, que ofrece asesoramientojurídico y realiza investigaciones en torno a la explotación laboral y la trata de personas.
Neo esclavitud
“Nosotros definimos el trabajo esclavo como parte del sistema de acumulación originaria de éstos tiempos, con la que se forjó la nueva burguesía nacional a partir de los `90. Estas formas contemporáneas de esclavitud se basan en reclutar gente de los lugares más postergados y engañarlos con que tendrán un mejor pasar. En un taller las jornadas suelen empezar a las 6 de la mañana y terminan a las 23 horas de lunes a sábados. Muchas veces les dan de comer pequeñas raciones de arroz o fideos con huevo y alguna que otra vez una sopa con un poco de carne. Les retienen la documentación de su país de origen si son extranjeros y les dicen que acá no tienen derechos”- asegura Escudero.
Ariel Lieutier, ex SubsecretariodeTrabajo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, autor del libro “Esclavos”, sostiene que “según datos de la encuesta permanente de hogares del INDEC, hay 184.000 trabajadores en la industria textil en Argentina. Del total, 50.000 se encuentra en el sector formal y 134.000 en el informal, por lo que se constata un 72% de injerencia de la informalidad en la industria. Una parte de las personas que trabajan en ese ámbito, lo hace en talleres clandestinos”.
No hay manera de saber el número exacto de talleres existentes. El autor asegura que en el año 2006 se hizo un relevamiento en la ciudad de Buenos Aires y se registraron alrededor de 5000 talleres clandestinos donde trabajaban 30.000 personas, la mayor parte viviendo en condiciones penosas, con jornadas promedio de 12 horas y con mínima seguridad e higiene. “Del valor de venta de la prenda, al costurero del taller clandestino siempre le llega menos del 2%. Cabe destacar que al dueño del taller le suele quedar $3 por prenda, tiene que pagar los costos fijos y a los trabajadores. Son los otros integrantes del proceso de comercialización los que se quedan con la mayor ganancia”- finaliza Lieutier.
Estasituación está invisibilizada. La problemática del trabajo esclavo en este rubro afecta a toda la industria, desde ferias ilegales hasta grandes marcas. Las cifras demuestran los altos grados de informalidad y desde hace años, las denuncias se multiplican en el país. Asimismo, el problema persiste. Por otro lado, experiencias como la asamblea “20 de diciembre” y la cooperativa que surgió en su seno, demuestran que con mucho esfuerzo y desde la economía solidaria, es posible generar una manera de producir a través de autogestión, trabajo digno y precio justo.

Un día en la cooperativa
por Tamara Rosemberg, miembro de la cooperativa textil “20 de diciembre”.

Un día en la cooperativa casi nunca es igual a otro, dado que por ser parte de La Asamblea como organización mayor, siempre está atravesada por diversas actividades, más allá del aspecto productivo en sí mismo.
El taller textil de la cooperativa se abre a las 7 de la mañana, con Olga, una de las compañeras que esta desde el comienzo. Van llegando el resto de los socios de acuerdo a los horarios en que sus hijos entran a la escuela. Nadie trabaja más de 8 horas y el taller se cierra a las 16 horas.
La mayoría de los integrantes (todos socios) realizan sus tareas operando diversas máquinas. Uno estampa, otra realiza encimado y tizado y yo corto, trabajo en moldería y atiendo a los clientes.
Una vez por mes como mínimo, hacemos una reunión para evaluar el trabajo realizado y estudiar posibles proyectos de crecimiento. Siempre alguno comenta lo que se habló en La Asamblea, las actividades previstas, el resultado de algún allanamiento, el comentario de alguna nota publicada…
En general a la una y media bajamos a almorzar en el comedor comunitario que todos llevamos adelante y luego vienen un par de horas más de trabajo. El clima es distendido en general, si bien no falta uno que otro conflicto, todos sabemos que lo fundamental en la cooperativa es el grupo humano y diariamente trabajamos sobre eso.

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