Nota de Agenda Oculta: Golpe al corazón de la mafia, 12 mil bienes confiscados

Uno de los referentes de la red antimafia Líbera describe la exitosa experiencia en Italia de la confiscación masiva de bienes a la mafia y su reutilización social en emprendimientos cooperativos, lo cual constituye una alternativa eficaz para debilitar a las bandas del crimen organizado y a la vez devolverle esperanza y dignidad al pueblo. Más de diez mil inmuebles y mil seiscientas empresas fueron confiscadas y reutilizadas socialmente en esta lucha, incluida la tierra.

http://www.agendaoculta.net/2012/09/golpe-al-corazon-de-la-mafia-italiana.html

Por Tonio Dell’Ollio, sacerdote, director del área internacional de la red antimafia Líbera y miembro de la Mesa Ejecutiva

Está instalado en el sentido común de nuestras sociedades que la lucha contra el crimen organizado, el esfuerzo de garantizar y hacer respetar la legalidad, la defensa y la seguridad de los ciudadanos, son tareas exclusivas del Estado. ¡Nada más falso! La afirmación de la legalidad debe convertirse siempre en más compromiso y responsabilidad compartida entre ciudadanos y no podrá concretarse plenamente en tanto que cada uno no acepte ofrecer su contribución concreta en esta dirección. Esta es la convicción profunda que guía las actividades de Libera, una red de organizaciones de bases que en Italia trabaja desde 1995 y que hoy cuenta con mas de 1.600 realidades.
Tras la “terapia de shock” de la llamada “temporada de las matanzas” que en 1992 llevó a la muerte a dos jueces como Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y de sus custodios se pudo empezar a organizar esta voluntad popular para frenar la escalada mafiosa. Y desde aquel día comenzamos a tejer la red entre grupos locales, asociaciones nacionales, representantes de los sindicatos, organizaciones de carácter ambiental, educativo, de acción social, de asistencia a las victimas. Solo tres años después estábamos en condiciones de empezar y, con fuerte determinación, se decidió juntar firmas para proponer al Parlamento italiano una ley que al fin castigara a los artífices de los delitos de mafia no solo con la cárcel, sino también con la confiscación de los bienes de origen ilícitos. De esta manera se cumplía finalmente el sueño de Pío La Torre, un parlamentario comunista asesinado trece años antes, que había pedido y obtenido el reconocimiento del crimen de “asociación ilícita de matriz mafiosa” en el código penal.

Se juntaron más de un millón de firmas que fueron entregadas al Presidente del Parlamento. En junio de 1996 la propuesta fue convertida en ley, incorporando también la parte relativa al uso social de los bienes embargados a los mafiosos. Desde entonces todos los bienes que un acusado de asociación mafiosa no logra demostrar su origen lícito son confiscados y los bienes inmuebles deben ser destinados a fines sociales. De esta manera muchas viviendas pudieron convertirse en oficinas publicas, casas de familias, centros para asociaciones, viviendas populares, y para los sin techos. La ley prevé que el Estado entregue el bien a la municipalidad local que a su vez lo administra para su destino social según las prioridades establecidas en proyectos de utilización social. Desde el principio la dificultad más grande se encontró en lograr una utilización social a las tierras confiscadas a los mafiosos. La puesta en juego era elevada porque en la cultura mafiosa tradicional, la propiedad de las tierras es un “estatus symbol”.

Hay culturas en la cuales no se pregunta cuan rica es una persona sino cuanto posee de tierra. Por esta razón valorar de forma social también las tierras confiscadas era una descada medida. No se golpea a la mafia solo en el corazón de sus intereses económicos sino también en su imagen. Las mafias existen para enriquecerse y para ejercer el control sobre el territorio, ganando aprobación y apoyo de la gente que lo habita. La mafia tiene necesidad de verse reconocida en su estima y la sumisión a su propia autoridad. Por eso Libera empezó a pensar de formar cooperativas de jóvenes dispuestos a cultivar aquellas tierras para producir bienes de consumo. La idea es dar una señal importante. Que se entienda que la mafia no es invencible.

Desde el principio no fue simple por muchas razones, pero de a poco fuimos capaces de superar las dificultades y de apostar a la importancia de este proyecto. Lo cual significaba sanear las tierras, porque a menudo los viejos propietarios quemaban las plantas o destruían todo lo que estaban obligados a entregar por la confiscación. Otras veces lo que pasaba es que las cosechas o las plantas sufren mutaciones, lo cual pone en riesgo el trabajo de las cooperativas. Hoy las cooperativas llamadas Libera Tierra son alrededor de quince y producen de manera orgánica, respetando el ambiente, pagando a los trabajadores según los contratos sindicales y llevan al mercado productos de calidad. Se trata de vino, pasta, mermeladas, licores, galletitas y productos típicos que se pueden comprar en las tiendas y son reconocibles por una marca que promueve una idea, un sentido común, una responsabilidad social fuerte.

Mientras tanto el Gobierno Italiano hace algunos puso una agencia nacional para la gestión de los bienes confiscados con el objetivo de acelerar los tiempos de entrega de los mismos y proveer a sus usos reales. Hasta hoy los bienes confiscados son 12.276: 10.673 inmuebles y 1.603 empresas. Según los expertos, la confiscación de los bienes fue una de las medidas que más éxito tuvo en la lucha contra las mafias en Italia. Los desafíos son todavía muchos porque pensamos que una mejor y más fuerte conciencia de la importancia del dispositivo de la confiscación pueda ser un instrumento valioso para enfrentar las mafias. Sobretodo hoy que las organizaciones criminales se fueron globalizando y se han extendido a actividades e intereses que trascienden las fronteras nacionales. Y teniendo en cuenta que hoy las mafias pueden contar con mucho dinero y se instalan en el mercado capitalista internacional como un sujeto económico muy competitivo en una época de fuerte crisis económica. ¡Hoy no encontramos frente a un capitalismo mafioso y a una mafia capitalista! Por esta razón, desde hace años Libera pide a los organismos europeos extender la confiscación a los 27 Países de la Unión Europea y pedimos aun a los países latinoamericanos hacer lo mismo.

Hay naciones como Colombia donde la ley existe y prevé el uso social de los bienes confiscados pero desgraciadamente no logra ser aplicada. Hay otras naciones que prevén la “extinción de dominio” pero no el destino social. Sin embargo la experiencia italiana que ha reconocido desde mucho tiempo la existencia de las mafias y ha desarrollado los instrumentos para combatirlas, tendría que ser un ejemplo importante para seguir gracias a los efectos positivos que ha logrado. ¿Como no pensar que hay países latinoamericanos donde los terrenos confiscados podrían permitir a los campesinos volver a la tierra? En Italia la mayoría de los terrenos involucrados en la confiscación están en el sur donde a menudo los jóvenes son obligados a migrar por razones de trabajo. Junto con ellos emigra la esperanza, la inteligencia y la fuerza de un pueblo. Los jóvenes de las cooperativas de Calabria y Puglia, de Campania y de Sicilia nos han enseñado a “quedarnos para cambiar y a cambiar para quedarnos”.

Es una pequeña semilla de esperanza para un futuro mejor.

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