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Organizaciones coercitivas: la trata disfrazada que crece en Argentina


Bajo el disfraz de comunidades religiosas, filosóficas o terapéuticas, estas estructuras aplican técnicas de manipulación y aislamiento para someter, explotar y destruir la vida de sus víctimas. Es imperioso tipificar y legislar.


Una campaña para abrir los ojos

En julio de 2023, el anterior Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata, conducido por Gustavo Vera, con la colaboración de la PROTEX lanzaron una advertencia nacional: las organizaciones coercitivas — que se presentan a veces como pseudo comunidades religiosas, filosóficas o terapéuticas— pueden ser la fachada perfecta para redes de trata de personas.
Con un tríptico distribuido en todo el país, la campaña explicó cómo operan estos grupos, qué señales permiten detectarlos y qué daños producen en las víctimas.

El mecanismo: manipular para someter

Estas estructuras usan la persuasión coercitiva, una técnica de manipulación psicológica que erosiona la identidad previa de la persona hasta lograr su sumisión total. El llamado “lavado de cerebro” no es una exageración: implica control emocional, aislamiento, imposición de un modelo único de pensamiento y ruptura con la familia y el entorno.

Cuáles son los rasgos comunes?
➡️ Líder absoluto o “gurú” incuestionable.
➡️ Aislamiento progresivo y control de la vida cotidiana.
➡️ Ocultamiento de fines reales: explotación sexual, laboral o patrimonial.
➡️ Aprovechamiento de la vulnerabilidad y promesas engañosas.

Cuáles son los Indicadores de alerta?
➡️ Cambios bruscos de personalidad.
➡️ Trabajo no remunerado o entrega de bienes.
➡️ Encierros prolongados y restricción de contactos externos.
➡️ Castigos físicos o económicos

El costo humano: vidas arrasadas

Los daños son profundos y múltiples:
Mentales: estrés postraumático, pérdida del pensamiento crítico.
Emocionales: ansiedad, miedo, depresión.
Sociales: destrucción de vínculos familiares y laborales.
Patrimoniales: pérdida de ingresos y bienes.
Físicos: abusos, prácticas extremas, incluso suicidios inducidos.

Tres casos con condenas firmes que destaparon la realidad

Si bien  varios casos de organizaciones coercitivas que están siendo investigados en la justicia con diferentes grados de avances, aqui nos remitimos sólo a tres casos testigos que ya tienen condena firme.

1. Templo de Filadelfia – Pseudo-religiosa
La organización, con sede central en San Justo y filiales en varias provincias, Paraguay y Brasil, aplicaba una persuasión coercitiva de carácter religioso: culto rígido, liderazgo incuestionable (“Tía Eva” y otros dirigentes) y ruptura de vínculos externos. Las víctimas eran captadas con promesas espirituales y de prosperidad, aisladas de sus familias y sometidas a trabajos forzados sin remuneración (panadería, venta ambulante, albañilería, limpieza). También se denunciaron abusos sexuales contra menores. El juicio oral iniciado en 2024 incluye 28 imputados por asociación ilícita, reducción a la servidumbre y explotación laboral agravada, con medidas cautelares como prisiones preventivas y embargos de bienes. Fueron procesados por utilizar la estructura pseudo-religiosa para encubrir explotación laboral y sexual sistemática.

2. Caso Hurtado – Pseudo-religiosa
Isaías Nelson Hurtado, autodenominado pastor en Mar del Plata, dirigía un ministerio religioso que captaba personas vulnerables mediante mensajes de fe. La persuasión coercitiva combinaba control espiritual, dependencia emocional y aislamiento social, que derivaban en la entrega de bienes y trabajo no remunerado. La justicia acreditó que 20 personas (incluidas menores) fueron reducidas a la servidumbre, y que cuatro mujeres sufrieron abuso sexual agravado. Hurtado fue condenado en 2019 a 24 años y 6 meses de prisión y su expareja, Patricia Soledad Padilla, a 10 años como partícipe necesaria. También se lo condenó por coacción y amenazas, y se ordenó el decomiso de bienes y recursos para reparación económica de las víctimas. La sentencia confirmó que el culto fue utilizado como herramienta de sometimiento y explotación laboral, patrimonial y sexual.

3. Hotel City – Pseudo-terapéutica/espiritual
En Mar del Plata, bajo la fachada de un “instituto de yoga” o “ministerio espiritual”, funcionó durante décadas una organización coercitiva que aplicaba técnicas de control mental y aislamiento. El grupo operó desde los años 70 en Venezuela y Argentina, y usaba un modelo jerárquico cerrado: control de la vida privada, imposición doctrinal y ruptura de vínculos externos. Las víctimas eran obligadas a trabajos forzados y explotación sexual, con abusos agravados, violaciones reiteradas y alteración de identidad de menores nacidos dentro del grupo. En 2022, Silvia Cristina Capossiello fue condenada a 25 años, Sinecio de Jesús Coronado Acurero a 14 años y Luis Antonio Fanesi a 6 años. Se decomisó el Hotel City y otros bienes para destinarlos a la reparación de las víctimas. El fallo reconoció que se trataba de una estructura coercitiva de largo plazo, que ocultó explotación sexual, laboral y violencia física bajo una fachada de disciplina espiritual.


Un vacío legal que urge llenar

El desafío es penalizar estas prácticas sin coartar libertades legítimas de culto o asociación. Especialistas y organismos proponen:
1. Tipificar la persuasión coercitiva como modalidad de captación en la trata.
2. Exigir registro y control a comunidades con internación o residencia.
3. Agravar penas cuando la explotación se encubra bajo culto, asistencia o enseñanza.
4. Garantizar asistencia integral a las víctimas.
5. Reforzar la cooperación internacional.

Una deuda pendiente

Las organizaciones coercitivas no son un fenómeno marginal. Actúan en la sombra, amparadas en el desconocimiento social y en un marco legal insuficiente. Nombrarlas, investigarlas y sancionarlas es un paso urgente para proteger a las personas más vulnerables y cerrar una grieta que hoy es aprovechada por redes criminales bajo ropajes de fe, filosofía o sanación.

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