La Alameda se hace solidaria con la lucha de los trabajadores de prensa que intentan mejorar sus condiciones laborales, que finalmente es su condición de vida. Muchos de los compañeros de prensa pasaron, pasan y pasarán por La Alameda. Para ellos va este documento realizado por un grupo de colaboradores/as que están comenzando a organizarse.
¿Por qué en los últimos diez años las redacciones periodísticas, pero también las productoras de tele y radio, han reducido su flota a su casi mínima expresión?
¿Por qué cuesta tanto mover el salario de los/as trabajadores/as de prensa como para actualizarlo, algo que se logra con bastantes mejores resultados en otros gremios (sólo por poner un par de ejemplos: los camioneros y los/as trabajadores/as de subterráneos)?
En buena medida, esta precarización generalizada se debe a que nuestro gremio ha quedado dividido en dos claros sectores: los que trabajan adentro de los medios (como personal de planta) y los que están afuera (como colaboradores o freelance). Si cada vez hay menos puestos fijos y los pocos que quedan son crecientemente pauperizados y con sueldos cada día más miserables, es porque allá afuera existe un ejército de mano de obra que ofrece su trabajo en las peores condiciones: son los/as colaboradores/as.
Los/as colaboradores trabajan por un pago absolutamente depreciado, ya que en la mayoría de los medios prácticamente no se ha modificado el estipendio por esta labor en los últimos 10 años (diciembre de 2001 mediante). Los/as colaboradores también se hacen cargo de absolutamente
todos los gastos de producción de su trabajo (teléfono, conexión a Internet, viáticos, etc.) y de buena parte del gasto de la reproducción de su fuerza de trabajo, de la que, cuando se trabaja en relación de dependencia, debería hacerse cargo el empleador (como por ejemplo, obra social o los días por enfermedad, parto, etc.).
¿Por qué una empresa periodística va a elegir contratar a alguien y hacerse cargo no sólo de su sueldo sino también de las cargas sociales (obra social, jubilación, etc.) si le resulta mucho, muchísimo más económico y menos conflictivo tener un una redacción atomizada en el éter (ya que no tiene que lidiar con personas que se puedan agrupar en un mismo espacio de trabajo para poder reclamar por mejoras)?
Por lo visto, el problema de los/as trabajadores/as de planta está íntimamente relacionado al de los/as trabajadores/as externos (colaboradores o freelance). Mientras no nos unamos en los reclamos por mejoras laborales, la situación de ambos sectores va a seguir empeorando.
Los/as periodistas colaboradores/as que nos venimos organizando desde hace poco más de un año tenemos la certeza de que la depreciación de nuestro salario y el empeoramiento nuestras condiciones de trabajo también implican precarización para los/as que están dentro de las redacciones.
Por eso consideramos que es importante unirse en esta lucha, porque si no, perdemos todos/as.
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