A partir de la muerte del fiscal Alberto Nisman y la guerra de espías pasamos a reproducir extractos de la carta enviada por el titular de la Alameda, Gustavo Vera, a su amigo el Papa Francisco el martes 20 de enero, a las 2.30 de la madrugada, y que fuera respondida ese mismo día, a las 12.05 hs., por Jorge Bergoglio a su regreso del continente asiático.
…”Una causa que enlutó a la Argentina y que sigue sin esclarecerse, donde solo hay buitres y más buitres de adentro y afuera tratando de sacar provecho. Donde solo parece importar la funcionalidad y no la verdad. Un fiscal que acusa, que repentinamente aparece muerto y que dicen que se suicido, pero nadie lo cree. Un país infectado de mafiosidad y servicios en guerra imponiendo luctuosas agendas desde los sótanos y la sensación de que todos los esfuerzos por servir y enseñar valores empezando por casa y por uno mismo parecen irse por la cloaca del miedo, la violencia y la avaricia. Dije públicamente que pensamos seguir denunciando mafiosos y corruptos y que dejaba constancia que amamos la vida y tenemos esperanzas para el porvenir y que ninguno de la Alameda tiene pensado “suicidarse”…
…”Son los topos de siempre. Esos que hicieron que Gustavo Beliz se fuera del país y que lo persiguieron judicialmente hasta el cansancio como vos mismo me contaste un día en el 2011. De un lado y del otro del mostrador. De adentro y de afuera. Fabricando escenarios y regando sangre a su paso. Sentados sobre la miseria humana y rindiendo culto al dios dinero. Los enfrentamos hace mucho. Ahora ya se mucho más que antes y no voy a callar. Ahora necesito que reces por los muchachos de la Alameda y por mí. Ante tanta consternación, angustia y confusión de tanta gente que todos los días se levanta a trabajar y son hombres y mujeres de bien, es necesaria hoy tu palabra como agua en el desierto. Que aparezca una luz de esperanza en medio de tanta oscuridad”…
RESPUESTA DEL PAPA
Querido hermano:
Llego y me encuentro tu correo. Me hizo bien. Una reflexión, una meditación honda y concreta sobre la realidad. Gracias.
Me pedís que rece por los muchachos de La Alameda y por vos. Lo hago y lo seguiré haciendo más todavía. Vos hacélo por mí.
Y adelante. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Saludos a tu madre.
Fraternalmente,
Jorge