Una misa para los excluidos y esclavizados

ByLa Alameda

Jun 29, 2008

Artículo escrito por Eduardo Videla, en el diario Página/12

 

 

Por primera vez, víctimas del tráfico de personas y trabajadores excluidos participarán de una misa “por una sociedad sin esclavos ni excluidos”. Fue convocada por el arzobispado porteño y dos organizaciones que vienen denunciando casos de trata.

 

Inmigrantes indocumentados, mujeres en situación de prostitución, habituales víctimas de la trata de personas y trabajadores cartoneros participarán este martes, por primera vez en conjunto, de una misa que se celebrará bajo la consigna “Con esperanza, denuncia y compromiso, por una sociedad sin esclavos ni excluidos”. La ceremonia se llevará a cabo el martes y estará a cargo del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio. Están invitados los sacerdotes de las villas y las monjas que trabajan en la asistencia de víctimas de redes de prostitución. Pero lo inédito de la convocatoria es que fue organizada, en forma conjunta, por el arzobispado porteño y la Cooperativa La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, dos organizaciones que vienen denunciando casos de explotación y trata de personas en talleres textiles clandestinos y en burdeles.

“Nos une la preocupación por las personas que sufren la esclavitud, la trata y los que son víctimas del tráfico de drogas, que por lo general son los más pobres”, explicó a PáginaI12 el sacerdote Mario Videla, párroco de Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, en el barrio de La Boca, donde se llevará a cabo el encuentro. “Sabemos que estas organizaciones civiles vienen haciendo su trabajo, y la Iglesia lo hace por su lado. La idea es aunar esfuerzos, levantar la voz en conjunto para que las víctimas no se sientan tan solas.”

La propuesta fue del arzobispado, pero a partir de una iniciativa de La Alameda. “Invitamos al cardenal Bergoglio a nuestro acto por el 1º de Mayo, pero como no pudo asistir nos invitó a organizar esta misa”, dijo a este diario Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa. Aunque los dirigentes de La Alameda no son creyentes, entre sus seguidores –muchos pertenecientes a la comunidad boliviana– hay muchos católicos practicantes. Por esa razón aceptaron la invitación.

La cooperativa La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, que nuclea a cooperativas de cartoneros, vienen realizando denuncias contra talleres de costura clandestinos que explotan a inmigrantes indocumentados y los someten en algunos casos a condiciones de reducción a la servidumbre. En los últimos meses, también apuntaron contra locales que funcionan con la fachada de whiskerías pero que presuntamente encubren actividades de prostitución. Las organizaciones aseguran que tanto los talleres como estos locales cuentan con protección policial.

En efecto, hace dos meses realizaron una denuncia penal contra un local ubicado en la Avenida Rivadavia y San Pedrito, en Floresta, y semanas atrás realizaron similar procedimiento en tres boliches de Monserrat, ubicados a tres cuadras del Departamento Central de Policía. El primero sigue abierto. En Monserrat, dos de los locales están clausurados y uno de ellos fue habilitado provisoriamente por la Justicia, pero sigue cerrado.

“Cada vez nos estamos metiendo en escenarios más pesados –advierte Vera–, por eso necesitamos apoyo y ayuda, y nos parece que la Iglesia viene trabajando hace tiempo en estos temas.”

De hecho, en la ceremonia religiosa participarán las congregaciones religiosas de las Hermanas Oblatas y de las Hermanas Adoratrices, que trabajan con mujeres en estado de prostitución y víctimas de la trata en los barrios de Constitución y Flores, respectivamente.

Desde La Alameda sostienen que tanto los talleres clandestinos como los prostíbulos, que operan con la trata de personas migrantes, constituyen “modelos de acumulación de fortunas que ya dejan de ser un tema delictivo para convertirse en una forma de acumulación económica del que está surgiendo una nueva burguesía”, argumenta Vera. Y relaciona esos dos negocios con “el crecimiento del narcotráfico a gran escala, que incluye a buena parte de las escuelas y los boliches de la ciudad, y que en la práctica se está llevando puesta a una generación de adolescentes”.

Cartoneros y costureros ya habían hecho un acto conjunto el 1º de Mayo en el Teatro Verdi, de La Boca, junto a excluidos y esclavizados. Ahora se les suma la Iglesia. El oficio religioso será el 1º de julio, Día de los Derechos de los Trabajadores Migrantes, a las 19, en la iglesia ubicada en Necochea 312, La Boca.

eduardovidela@pagina12.com.ar

 

Artículo escrito por Lucas Schaerer

Bergoglio contra la nueva esclavitud

NOTICIAS URBANAS anticipa la misa que dará el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, bajo el lema “Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad sin esclavos ni excluidos”. Participarán miembros de La Alameda, cooperativas cartoneras, el equipo de curas villeros y las congregaciones de monjas que trabajan con las víctimas de las redes de prostitución.

Las reiteradas denuncias por la esclavitud de personas, tanto con fines laborales como sexuales, y la perdurable hiperprecarización de los recicladores urbanos, más conocidos como cartoneros, que dieron a conocer principalmente La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) llevó a que la máxima autoridad de la Iglesia Católica de Argentina, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, decidiera encabezar una misa en su homenaje con un lema de alto contenido social: “Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad sin esclavos ni excluidos”.

El acto religioso, al que no está invitada ninguna autoridad de Estado, simplemente los denunciantes -víctimas de la temática- más las parroquias de fuerte matriz social, se realizará el próximo martes 1 de julio. Ese día Bergoglio también tiene previsto un encuentro de fuerte impronta, con el vicepresidente de la Nación y presidente del Senado, Julio Cobos.

“La misa se realiza por dos hechos, fundamentalmente. Por un lado hacer visible y juntar el trabajo que la Iglesia viene realizando desde 1999 con las víctimas de la prostitución y de la redes de trata, fuimos los que denunciamos el tráfico desde Republica Dominicana, que a su vez realizan organizaciones de la sociedad civil, como La Alameda, con métodos diferentes al nuestro pero con el mismo fin, que es combatir los flagelos de la esclavitud y exclusión”, expresó a NOTICIAS URBANAS Mario Videla, el cura organizador de la misa designado por el cardenal Bergoglio, que es el director del Departamento de Migraciones de la institución que lleva más de dos mil años de existencia.

El otro motivo por el que se realizará el acto religioso, que promete ser de fuerte contenido social y de denuncia, es “para celebrar un nuevo aniversario de la convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y sus familias. Aún hoy seguimos trabajando en este tema porque se sancionó una ley de migraciones pero aún no está reglamentada”, se refirió Videla a este medio, desde su oficina ubicada a metros del santuario Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, donde por primera vez se van a juntar organizaciones sociales que pelean contra importantes intereses económicos, con el equipo de curas villeros, los mismos que marcaron posición sobre la urbanización de las villas miserias, más las congregaciones de monjas, Hermanas Oblatas de Constitución y Hermanas Adoratrices de Flores, que diariamente asisten a las mujeres víctimas de las redes de prostitución.

La misa se realizará el 1 de julio a partir de las 19, en la iglesia ubicada detrás del Hospital Argerich, en Necochea 312, barrio de La Boca, a pocas cuadras del teatro Verdi, donde el Día del Trabajador por primera vez se unieron cartoneros y costureros en el que acto que titularon “Por un país sin dos sistemas: ni esclavos, ni excluidos”.

“El interés del Cardenal es encontrarse con quienes sufren. Esto mismo realiza cada primera semana de septiembre en esta misma parroquia. Ese día vienen embajadores y altas autoridades pero sólo se fotografían con los migrantes. El sentido es acompañar y estar presente para sumar esperanzas en la lucha contra estos males. Por ello la homilía promete decir cosas fuertes”, concluyó el cura Mario Videla, quien abrió las puertas de la iglesia Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, con capacidad para 400 personas.

NU consultó a Gustavo Vera, referente de La Alameda, por la actividad. “Más allá de las creencias de cada uno hay una cuestión de fondo. Acá hay gente que acumula fortunas con la venta de drogas, con la trata de personas y prostituyéndolas. Esto se repite constantemente, entonces deja de ser un tema delictivo para convertirse en una forma de acumulación económica y con ello se llevan puesto a toda una generación. La Iglesia, en sus últimas homilías, está reencontrándose con lo mejor de su tradición, como Mugica o los Palotinos que lucharon por la dignidad de las personas. Que la Iglesia se comprometa con estos temas clave para la vida de todos da mucha confianza a los compañeros que creen”, respondió Vera, que se encontraba en el segundo piso de los tribunales federales esperando una audiencia donde se discutirá el fallo que sobreseyó a tres empresarios acusados de contratar talleres donde se somete a los empleados a condiciones de trabajo esclavo.

Las homilías a las que se refiere Vera son las que dio Jorge Bergoglio en semana santa cuando lavó los pies de 12 adolescentes habitantes de la Villa 21-24 de Barracas adictos a las drogas, como la realizada en mayo en Plaza Once que se refirió a la esclavitud y por su compromiso con los familiares de las víctimas de Cromañón.

En su momento el cardenal Bergoglio expresó “antes hablábamos de opresores y oprimidos. Después, esas categorías no sirvieron más y hablamos de incluidos y excluidos. Hoy tenemos que hablar de otra categoría, los que caben y los que sobran”, precisó que “entre ellos están las víctimas de la droga, que la misma sociedad los anula y los hace sobrantes”.

En otra oportunidad el purpurado porteño comentó: “Si vamos a Amancio Alcorta, desde el fin de Pompeya hasta el comienzo de la villa 21, de día, se ven nenas de 11 a 14 años ofreciéndose, curiosamente, a autos buenos, no cualunques. No a camioneros, porque tienen códigos. Sino a autos buenos, generalmente conducidos por hombres de mi edad que las levantan, y en el auto o en cualquier rincón, le dan tres pesos y la chica corre a la villa a comprar ‘paco'”.

 

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