El martes 2 de junio 2015,el Juez Federal Marcelo Martínez Di Giorgi ordenó allanar dos talleres esclandestinos en el barrio porteño de Parque Patricios (ubicados en Av. Daract 2124 y Mont 2355), donde eran explotados personas 14 hen pésimas condiciones, quienes fabricaban, entre otras prendas, uniformes de la Policía Bonaerense y de varias agencias de seguridad privada.
La división de Investigaciones de la Comuna Cuatro de la Policía Metropolitana realizó dos allanamientos simultáneos en talleres clandestinos en donde liberó a 30 personas y detuvo a otras tres, todas de nacionalidad boliviana.
La investigación se inició por orden del juez Marcelo Martínez de Giorgi a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 8, luego que dos oficiales a bordo de un patrullero encontraran en la calle, pidiendo ayuda, a un chico menor de edad que se había escapado de uno de los talleres saltando los muros. El joven les explicó la situación que vivía a diario, esclavizado dentro del lugar junto a otros ciudadanos de nacionalidad boliviana igual que él.
Dentro de material secuestrado, según confirmaron fuentes policiales, se encontraron varios uniformes de la Policía Bonaerense, que eran confeccionados en el taller.
Luego, de manera inmediata, se iniciaron a las tareas investigativas a través de las cuáles se obtuvieron las pruebas para que la justicia ordene los allanamientos correspondientes. Se pudo comprobar que en dos domicilios ubicados sobre las calles Daract y Mont funcionaban dos talleres textiles clandestinos que tenían esclavizadas a más de 30 personas en condiciones infrahumanas y hacinadas. Asimismo, se detectó que estas personas eran captadas en su país de origen por medio de avisos clasificados a través de falsas promesas laborales y remunerativas; y una vez llegaban a los talleres les retenían los documentos y les prohibían salir a la calle solos.
Con todos los elementos probatorios el juez Martínez de Giorgi ordenó llevar a cabo los allanamientos durante los que logró rescatar a las personas víctimas de trata que quedaron a disposición de la Oficina de Rescate del Ministerio del Interior. Los propietarios de los lugares quedaron detenidos a disposición de la justicia y los talleres fueron clausurados. Además, se secuestraron todas las maquinarias y prendas fabricadas en el lugar, al igual que los elementos probatorios para la causa.
Durante mayo, dos talleres clandestinos se incendiaron, lo que provocó la muerte de dos menores de edad.
Habría que seguir toda la cadena de comercialización, porque sin el cliente este tipo de explotación no podría existir. Es particularmente muy grave a nivel institucional que se fabricaran o confeccionaran uniformes de una fuerza pública como la policía bonaerense y sobre este PUNTO HABRÍA QUE PONER LA LUPA.