PORTAZO EN LA CASA ROSADA. Por Gabriel Ziblat para el diario Perfil 14/09/2014
Pedido y rechazo. “No es posible” que Cristina Kirchner los reciba, fue la respuesta oficial.
“No es posible acceder a su pedido debido a la intensa actividad de gobierno que la señora Presidenta se encuentra desarrollando”. Así, desde Presidencia le denegaron un pedido de audiencia a una vecina del Barrio Illia, quien buscaba describirle a Cristina Kirchner que fueron cooptados por los narcos en esa zona porteña. La respuesta no agrega ninguna otra alternativa.
La vecina, sin embargo, también le escribió a Arturo Puricelli, en su momento al frente del Ministerio de Seguridad; a Sergio Berni; y a los jefes de Gendarmería, que trabajan en el barrio. Pero en esos casos ni siquiera obtuvo respuesta. Todo ese material forma parte de dos denuncias presentadas por el legislador Gustavo Vera ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi y la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó. La investigación, presentada por la fundación La Alameda, muestra la presencia de bandas narcos en distintos puntos del barrio, al punto tal de que “cobran peaje” para circular. Además se instalaron “puntos fijos de venta de estupefacientes” y se ven “grupos armados”. Las bandas son definidas como “mixtas”, formadas por argentinos y peruanos, estos últimos vinculados a los líderes del narcotráfico en la villa 1-11-14 (ex miembros del peruano Sendero Luminoso). Los vecinos denunciantes hablan de una relación entre el presidente de la Comuna 7º, Guillermo Peña, con los supuestos delincuentes. Sostienen que junto a una persona de su confianza, Carmen González Recalde, “mantienen reuniones periódicas y les proporcionarían planes de ayuda social y bolsones de comida”. En diálogo con PERFIL, el dirigente del PRO rechazó conocer a González Recalde y se mostró “sorprendido” por la denuncia.
El papa Francisco, en su época de arzobispo, compró un terreno para la construcción de una capilla. Según denuncian, “los narcos frenaban su construcción”. Peña, en cambio, dice que el problema fue con vecinos frentistas, porque iba a invadir parte de la plaza del barrio. “Cuando hablan de los narcos se trata de los vecinos frentistas, yo desconozco qué hace cada uno”, aclaró. Desde que se hizo pública la denuncia, la violencia aumentó. A una vecina la golpearon mientras daba una entrevista y prendieron fuego el camión del hijo de otra vecina.