200 vecinos de Once defienden la manzana 66

ByLa Alameda

Jun 3, 2014
Los vecinos por la manzana 66
Los vecinos por la manzana 66

El Jefe de Gobierno Mauricio Macri avala un negocio privado que es el microestadio en la manzana de las calles Moreno, Catamarca, Av. Belgrano y Av. Jujuy cuando por el contrario 200 vecinos lo rechazaron en un abrazo simbólico este sábado por la tarde.

Este proyecto, que todavía no se presentó oficialmente, prevé una megaconstrucción de un estadio para recitales con capacidad para 18 mil personas (tres bandejas de tribunas), tres subsuelos de cocheras, emprendimientos comerciales alrededor y hasta se considera la construcción de un hotel de lujo.  Los vecinos, que vieron como silenciosamente y a lo largo de dos años (entre el 2011 y 2013) se demolieron todos los inmuebles de la manzana número 66, se muestran organizados y dispuestos a movilizarse para frenar el proyecto.

El cura Ricardo Daniel León
El cura Ricardo Daniel León

Hace un mes se viene realizando en la Parroquia Madre del Redentor (México 2745) asambleas autoconvocadas de vecinos de Once en contra de este proyecto. Con una concurrencia de alrededor de 100 vecinos por reunión, se organizaron en tres comisiones para trabajar:

Comisión Técnica Legal, encargada de los temas jurídicos (compuesta por abogados, ambientalistas y economistas).

Comisión de Comunicación, encargada de la difusión de la problemática en el barrio y en los medios (gráficos, radiales, portales web, etc.).

Comisión de Relaciones Institucionales, encargada de establecer un nexo entre los vecinos y entes estatales (Legislatura, Defensoría del Pueblo, etc.).

De estas asambleas participan, además de los vecinos del barrio, representantes de distintas organizaciones como ¨Asociación Buenos Vecinos Once¨, ¨Caminos de Convivencia¨, ¨Asociación y Comerciantes de Av. Entre Ríos – Adherida a FECOBA¨, ¨Circuito Marechal – Red Sociocultural¨, ¨Casa Popular Vientos del Pueblo¨, ¨Balvanera al Sud – Adherida a FECOBA¨; representantes de la Defensoría del Pueblo, representantes de ¨La Alameda¨ y asesores de Diputados de la Ciudad.

Quien también manifestó su apoyo fue el Arzobispo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mario Poli. La semana pasada, una vecina le escribió una carta describiendo la preocupación del barrio por el proyecto y como los vecinos se organizaron en la Parroquia. Poli levantó su teléfono, llamó a la vecina y le dio ánimo a seguir con las asambleas, felicitó a los vecinos y especialmente al presbítero Ricardo Daniel León que abrió las puertas de la Iglesia a los problemas de la comunidad.

Siguiendo con la movilización y la organización el sábado 31 de mayo a las 15hs se realizó una asamblea abierta en las calles Catamarca y Av. Belgrano que contó con la presencia de 200 vecinos. El padre Ricardo llevó un equipo de sonido móvil y los vecinos caminaron alrededor de la manzana 66 al grito de ¨no al microestadio¨.

Esta respuesta de los vecinos, acompañada por las distintas instituciones y organizaciones ya nombradas, demuestra que, una vez más, los intereses de unos pocos se ponderan en detrimento de todo un barrio. La contaminación sonora, las vibraciones que afectarían a los edificios (muchos de ellos de construcción antigua), la afluencia de una inmensa cantidad de tránsito vehicular, la peligrosa cercanía al Hospital Ramos Mejía, entre otras cosas, no parecen beneficiar a un barrio que en su agenda tiene problemas prioritarios como el narcotráfico y las mafias prostibularias.

Vale aclarar que desde la Legislatura Porteña el Diputado Pablo Bergel (integrante del Bloque Verde Alameda junto a Gustavo Vera) presentó un proyecto para pedir información a la Jefatura de Gobierno acerca de la construcción a desarrollarse, evaluación del impacto ambiental del proyecto, dictamen de la Dirección de Interpretación Urbanística, dictamen del Consejo del Plan Urbano Ambiental, Desarrollador inmobiliario encargado de la obra y la titularidad dominial del predio.

El proyecto de Bergel se trató en la Comisión de Planeamiento y tuvo un despacho de mayoría que cambió levemente el proyecto original. El despacho exige a la Jefatura de Gobierno todo lo escrito anteriormente salvo la evaluación de impacto ambiental y la titularidad dominial del predio. El proyecto está listo para ser tratado en el recinto.

En definitiva, será el esfuerzo de los vecinos el que determinará que la manzana 66 no sea la manzana podrida del barrio.

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