Dos diarios nacionales, Pagina/12 y Buenos Aires Economico, han publicado en el dia de hoy el bloqeo que los costureros y militantes de la Alameda mas los cartoneros del MTE hicimos a la empresa Nuestra Huella SA. Que pese a todas las demandas judiciales y pruebas aportadas aun sigue despidiendo a quienes denuncian el trabajo infantil
Pagina/12
SOCIEDAD › DENUNCIAN A UNA EMPRESA POR TRATA DE PERSONAS Y TRABAJO INFANTIL
Un bloqueo ante la granja
Organizaciones que vienen denunciando el trabajo esclavo bloquearon ayer el acceso al molino de la empresa Nuestra Huella, en Pilar. Denuncian que la granja avícola contrata familias con varios hijos para que todos trabajen en el lugar.
@Hombres, mujeres y niños que madrugaron durante años para trabajar en alguna de las setenta granjas avícolas que la empresa Nuestra Huella S.A. tiene en el territorio bonaerense, y por las que sus dueños son investigados en la Justicia por “trata de personas” y “trabajo infantil”, se concentraron ayer desde las 5.30 con el respaldo de la organización La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) –organizaciones que vienen denunciando el trabajo esclavo– para bloquear el acceso al molino de la empresa, ubicado en la localidad de Pilar. Tras ocho horas de bloqueo, los manifestantes consiguieron que, por primera vez, la delegación del Ministerio de Trabajo bonaerense llamara a una conciliación el miércoles para la reincorporación de dos trabajadoras. Además, la delegación ministerial se comprometió a tomar acciones por la denuncia de que la empresa “contrata grupos familiares con varios hijos para la explotación de los mismos”.
“Una asistente social me recomendó que firme mi renuncia con la promesa de recibir una indemnización. Yo necesitaba la plata, mi hijita estaba enferma y tenía que cuidarla, en la granja me amenazaban con despedirme por abandono de trabajo. Pero de los siete mil pesos que me prometieron sólo me dieron 1400”, denunció la despedida Marisol Díaz Mereles, que trabajó de sol a sol durante dos años con su marido en la granja La Escondida. Un año lo hizo sin sueldo.
Antes del amanecer, unas 80 personas ya estaban ubicadas frente a los tres grandes silos del molino donde la empresa Nuestra Huella S.A. recibe la materia prima para producir el alimento que abastece a las decenas de galpones ubicados en las localidades de Exaltación de la Cruz, Pilar, Mercedes, Capilla del Señor, Lima y Escobar.
La hilera de camiones “bloqueados” se comenzaba a acumular a lo largo de la calle Eucalipto, en una zona rodeada de quintas donde las primeras luces de la mañana dejaban ver padres y niños que recolectaban verduras. La neblina disipada también permitía ver en toda su extensión la granja avícola de Nuestra Huella, que funciona al lado del molino que desnudaba otro problema: “Allí trabaja un hombre de 30 años con toda su familia, pero no va a salir a denunciar nada porque está bajo amenaza”, explicó Agustín Navarro, secretario general de la Unión de Trabajadores de Granjas Avícolas (UTGA), despedido por su participación gremial y con una reincorporación judicial que aún no se efectivizó. Es la misma situación de Oscar Taboada, despedido en enero de 2009.
Después de cinco horas de bloqueo, las respuestas se fueron a buscar a la delegación del Ministerio de Trabajo de Pilar. En la reunión, Navarro no fue reconocido como representante gremial –a pesar de que la inscripción de la UTGA está radicada en la cartera de Trabajo nacional y fue reconocida por las órdenes judiciales de reincorporación–, pero como particular reclamó la reincorporación de las granjeras Díaz Mereles y María Soledad Garzón y solicitó que se realizara un informe de los asistentes sociales Patricia Gautter y Claudia Eramo por “falsas promesas de indemnización y engaño de alta laboral”.
Cuando frente a los silos la situación comenzaba a caldearse por la intensidad del sol y la falta de respuestas llegó la noticia de que el titular de la delegación de Trabajo, Marcelo Martino, llegaría a realizar una inspección para “constatar el conflicto” y llamar a una audiencia de conciliación. Dos horas más tarde y custodiado por tres patrulleros, Martino llegó frente al molino de Nuestra Huella, pero se dirigió directamente adentro del predio para constatar que la familia que allí trabaja –y se escondió durante toda la mañana– lo hacía “normalmente”.
Con la audiencia confirmada para el miércoles, los granjeros despedidos no se conformaron. “Hace dos años que denunciamos la situación de explotación y nadie nos quiere escuchar”, apuntó Mereles, mientras alrededor de Martino, todos los chicos y presentes pedían que se le tomara declaración de la situación de explotación infantil que vivieron. Luego de idas y vueltas, Martino permitió que en la declaración de Navarro –denunciante ante la delegación– se agregara que la empresa “contrata grupos familiares con varios hijos para la explotación de los mismos” y prometió informar de manera inmediata a la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti).
Informe: Nahuel Lag.
SOCIEDAD › EL TESTIMONIO DE UNA EMPLEADA
“Iba al colegio si podía”
Juntar y ordenar los huevos en las 45 cajas diarias que exigía la empresa, remover el excremento de las gallinas y tirarle cal para mantenerlo seco, rociar desinfectantes para las moscas sin protección y hasta subirse a los techos podridos de los galpones para quitar las ramas, luego de una tormenta, con el riesgo de caerse y quebrarse como le ocurrió a su primo. Todas esas cosas cuenta Sara Valenzuela que hizo entre sus nueve y doce años en la granja Fernández de la empresa Nuesta Huella SA.
Ella misma lo contaba ayer frente al molino de la empresa para la que trabajaba cuando al esposo de su madre lo enviaban a hacer un reemplazo a otro galpón y “tenía que ayudarla para que no hiciera mucho esfuerzo estando embarazada”.
Entonces, Sara tenía nueve años y debía cursar el cuarto grado pero “iba al colegio cuando podía, si no faltaba para trabajar”. El caso de Sara no es único ni se terminó en 2008 cuando despidieron al esposo de su madre y a su abuelo que trabajaba en un galpón lindero. La Alameda cuenta con videos que registran que de trabajo infantil hay “generación 2008, 2009 y 2010”, aseguró Gustavo Vera, referente de la organización. Por eso, el Juzgado de Garantías Nº2 de Zárate-Campana, a cargo de la jueza Graciela Sione, está a punto de llevar a juicio la causa que investiga por “trabajo infantil” a la accionista principal de Nuestra Huella SA, Leticia Luace, y la presidenta, Alejandra López Camelo.
Los chicos del trabajo esclavo
La primera denuncia sobre trabajo infantil en las granjas de Nuestra Huerta S.A. fue realizada por La Alameda a través de una cámara oculta en agosto de 2008 y difundida de forma exclusiva por Página/12. A casi un año y medio de esa denuncia, se realizaron inspecciones del Ministerio de Trabajo que confirmaron la repetida práctica de explotación, mientras que la Ufase, a cargo de Marcelo Colombo, avanza en la indagatoria por “trata de personas”.
Buenos Aires Económico
Tras un piquete, intervino Trabajo bonaerense
Denuncian despidos y empleo infantil en una empresa del sector agrícola en Pilar
09-02-2010 / Trabajadores despedidos tomaron durante nueve horas una empresa avícola denunciando despidos y trabajo esclavo. Luego intervino el Ministerio de Trabajo de la provincia y determinó una audiencia de conciliación entre las partes.
Por Luis Autalán
Trabajadores despedidos de las granjas avícolas de la empresa Nuestra Huella S.A. –con el apoyo de integrantes de la Fundación Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos– bloquearon ayer durante nueve horas el ingreso al molino que la firma posee en Pilar. Allí exigieron la reincorporación de los empleados y aseguraron que en esos molinos y establecimientos avícolas existe “trabajo infantil esclavizante”.
En esa tónica forzaron la intervención del Ministerio de Trabajo de la provincia, que decidió convocar a las partes a una audiencia de conciliación a realizarse mañana en la delegación de la cartera laboral con sede en Pilar. La autoridad máxima de esa dependencia, Marcelo Molinari, acompañado por la policía se hizo presente en el lugar y luego de acaloradas discusiones y empujones labró un acta donde se agregó el testimonio de dos menores de edad (ambas de 13 años) quienes le aseguraron a este diario que desde el 2005 al 2008 trabajaron en la Granja Fernández, “la cual pertenece a los mismos dueños”, dijeron las jóvenes.
El dato relevante, a consideración de los manifestantes, fue la incorporación, en el acta rubricada por la autoridad laboral bonaerense, de ese punto –el trabajo infantil– que tanto los despedidos, como el MTE y Alameda denunciaron públicamente en cuanto a la “servidumbre” de menores de edad. Incluso ayer además de las jóvenes citadas, los hijos de Carmen Vera (ver recuadro) declararon haber trabajado en ese molino –de espaldas a las cámaras de un canal de noticias– en diálogo con un periodista.
En efecto: la ocupación del ingreso en el molino, que abastece de alimentos a las granjas que poseen gallinas ponedoras, comenzó minutos después de las 5 de ayer, cuando los trabajadores e integrantes de la Fundación Alameda, portando banderas y fijando carteles en el portón de ingreso, encendieron neumáticos.
Mientras tanto, Pablo Sernani, abogado de los trabajadores, también presente en ese lugar, le señaló a Buenos Aires Económico que esa firma y otras del mismo grupo empresarial tienen diferentes causas presentadas ante la Justicia. “Una ya está a un paso de llegar a juicio oral”, y agregó: “La otra por trata de personas también está progresando, somos optimistas”. Sernani recordó que esa empresa fue multada en $1 millón por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través de la cartera laboral, “pero nunca pagó”, dijo el abogado.
DENUNCIANTES. Agustín Ferreira, quien ayer fue señalado como el secretario general de UTGA y se desempeñaba como delegado en Nuestra Huella, fue despedido y a pesar de contar con un fallo a su favor para ser reincorporado, la empresa no acató esa medida.
Marisol Díaz Merelle (pareja de Farías) y María Soledad Garzón, por su parte, denunciaron que fueron forzadas a enviar el telegrama de despido y acusaron a dos trabajadoras sociales por eso. “Claudia Eramo y Patricia Gautter me hicieron la cabeza para que yo renunciara, me dijeron que iba a cobrar 7.000 pesos. Mi hija estaba muy mal, porque se enfermó en este molino por las fumigaciones de los galpones y yo le creí. Cuando fui al banco tenía $1.400 y estaba sin trabajo”, denunció Marisol Merelle a este medio.
Gustavo Vera, de la Fundación Alameda, le expresó su conformidad a este medio por la repercusión de la protesta: “La audiencia en Trabajo es un logro; ahora hay que poner toda la energía para que esta gente recupere su empleo y esperar que la Justicia se ocupe del trabajo infantil”. Por su parte, Juan Grabois, del MTE, señaló que estos molinos “están a punto de ser adquiridos por una empresa austríaca, Ovoprot Internacional, pero tampoco les vamos a permitir que estos europeos con mucha plata exploten a nuestros niños”.
El dirigente anticipó una marcha a la embajada austríaca en día y hora a confirmar.
simple muchachos nada de cierre, ni multas, ni llevar a la justicia, estos hijos de puta , asesinos, canayas,mal nacidos, hay que ir un grupo de monos y romperle la cabeza a puñetes no existe otra cosa por hacer porque tienen plata y con eso pagan a todos los que pueden y compran voluntades, nada de reclamos por la via legal llego el momento que en este país se le rompa la cabeza a varios , bien cagados a palos y dejarlo eso si para que se los coman los pollos que hacen criar a nuestro nenes. Y VOS INUTIL PRESIDENTA, OBSECUENTE GOBERNADOR, Y TODOS LOS RASTREROS DEL GOBIERNO, esta muy cerca la justicia para ustedes y no la divina ladroines mentirosos. perdon amigos creo que ya no aguanto mas todo esto este pais es nefasto,lleno de politicos oportunistas y sucios , escoria humana perdon perdon otra vez es lo que siento . MARCELO ciudadano argentino.