Javier Ignacio Ibáñez, presidente del INTI desde el 2016 (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), es señalado por los trabajadores de designar 93 empleados en un año sólo en presidencia cuando en la anterior gestión, a cargo de Enrique Martínez, se designaron tan sólo cinco asesores en presidencia de esta vital aérea para las políticas estatales en iniciativas tecnológicas.
Por Lucas Schaerer
Ibáñez es muy contradictorio. Porque ahora pretende despedir 260 trabajadores, y por ello hace tres días los trabajadores resisten al interior del predio del INTI en colectora de av General Paz a metros de av Constituyentes, pero por otro lado designa viejos amigos y socios sin contemplar costo salariales ni capacidad profesional.
Los casos más escandalosos de sus designaciones, en su mayoría a través de contrato de locación, es un viejo socio en la empresa CIRS S.R.L., una empresa dedicada a operaciones inmobiliarias con sede en el microcentro porteño. Leonardo Pedro Spina fue designado empleado del INTI en marzo de 2016 gracias a su antiguo socio empresarial hoy líder del INTI.
Por otro lado Ibánez designó a ex empleados suyos en su paso por el Gobierno de la Ciudad que conoció en la época que lidero con escándalos por medio de la Agencia Gubernamental de Control (AGC).
Este es el caso de Joaquín Santiago Rosenvasser designado por Ibáñez en la coordinación de Gerencias Técnicas por la que cobra un sueldo de 40 mil pesos mensuales. Este empleado del INTI antes había
sido hombre de Ibáñez en el Ministerio de Producción porteño.
Asimismo Eduardo Fernández, también vía contrato de locación por un sueldo de 35 mil pesos, fue designado por Ibáñez en el aérea de Inspección de Obras.
Héctor Torres, otro de los amigos de Ibáñez de su paso por el Gobierno porteño y designado en el INTI más precisamente en la Gerencia General para ganar un sueldo de 42 mil pesos vía contrato de locación de servicios.
LIGADO A LOS PROSTÍBULOS Y BARRAS
En su paso por la AGC la gestión de Ibáñez fue vinculada a las tragedias ya sea con la caída de un entrepiso en el boliche Beara, donde murieron dos jóvenes en el 2010, como con los prostíbulos con explotación y trata de niñas y mujeres en boliches habilitados, como en los escándalos por su enfrentamiento cual barra brava.
Por las muertes en el boliche Beara quedó involucrado en la causa penal su hombre en habilitaciones, Martín Farrell.
Por los prostíbulos Ibáñez quedó en evidencia porque en el portal “Salí Seguro”, de la AGC, convocaba a los padres a que supieran los boliches que concurrían sus hijos pero entre esos locales figuraban decenas de prostíbulos que habían sido allanados por narcotráfico, trata de mujeres y niñas como explotación sexual. Salí Seguro no hacia más que transparentar reductos de la mafia.
El colmo de su gestión llegó cuando Ibáñez fue filmado en un enfrentamiento violento en plena tribuna de Chacarita. Se había sacado su cinturón y corría a hinchas de chacharita a los golpes. En ese momento ejercía de titular de la AGC y directivo del Club Atlanta.