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Fue un avance el fallo que detuvo hace pocos días a los 14 imputados del segundo juicio oral por las 194 muertes en el incendio de República Cromañón. Aunque aún queda en libertad uno de los reales dueño del inmueble donde ocurrió la llamada Masacre de Cromañón. Rafael Levy empresario textil y de la noche mantuvo un taller clandestino en el subsuelo del boliche hasta cinco meses después del incendio y sobre la avenida Rivadavia a metros de Ecuador un prostíbulo con mujeres inmigrantes explotadas sexualmente. A su vez intentó reabrir una saladita también en la misma manzana.
La estructura de Levy, condenado a cuatro y seis meses de cárcel por los 194 muertos en Cromañón, para sus ilícitos se mantiene en pie producto de la complicidad de la justicia federal y la justicia comercial que no terminan de desactivar sus empresas fantasmas radicadas en paraísos fiscales como ya comprobó en el 2005 un lapidario informe de la Inspección General de Justicia (IGJ) en su momento a cargo de Ricardo Nissen.
La impunidad mafiosa que atravesó distintas gestiones del Gobierno de la Ciudad y de la Policía Federal se expresa en el prostíbulo de av. Rivadavia 3007 propiedad de Rafael Levy y su socio Raúl Vengrober, quien quedará fuera del proceso penal por la Masacre de Cromañón.