Un análisis de la dirigente del gremio del gas y de la Alameda, Ximena Rattoni. 

Asistimos en los últimos tiempos a la consumación de uno de los engaños mejor “coucheados” de la historia. Una mayoría de ciudadanos que votó a un gobierno que prometió el oro y el moro y nos terminó entregando al FMI, endeudados de por vida, destruyendo empleos y sumiendo al pueblo trabajador en una escalada de inflación y recesión que, de no tener freno, terminará causando aún más angustia a las familias argentinas.

Muchos amigos y compañeros me plantean estos días que ven cierta desazón, un poco de desánimo y desconsuelo. 

Es lógico en un sentido cuando uno recibe tantos golpes.

Pero a despabilarse porque estamos de pie y aunque nos parezca difícil, hay salida y se está vislumbrando.

No tenemos dudas de que la bomba de tiempo económica que armó el gobierno de Mauricio Macri para saquear las arcas del país, entregar soberanía y recortar derechos, más temprano que tarde explotará.  No hay manera de detenerlo.  Podrán hacer tiempo y emparchar, no más que eso.

Y no podemos permitirnos que cuando se haya caído la última careta, no tengamos alternativa, organización, programa de gobierno y entusiasmo patriótico y militante para ponernos la Patria al hombro.

Eso sí, es con el movimiento obrero a la cabeza.

Por eso desde aquella impresionante movilización unitaria que fue el 21F, comenzamos a trabajar en cada rincón del país el armado de multisectoriales alrededor de una premisa básica: la solidaridad con todas las organizaciones en lucha en cada territorio.  Y debatiendo y enriqueciendo un Programa de 21 puntos que los trabajadores/as levantamos para salir de la catástrofe en la que nos está sumiendo este gobierno oligarca y represor.

El “plan” de Macri no tiene salida. Puede haber debate y opiniones respecto a si en estas condiciones llega al 2019 o no, o eventualmente en qué condiciones. Está por verse, sea en el momento que sea, cuál es la alternativa política posible en esa instancia. Puede venir un nuevo gobierno de transición.  Puede venir incluso lo mejor de estos tiempos.  Venga lo que venga, los trabajadores/as debemos poner en alto nuestras demandas concretas, estratégicas y soberanas para que, gobierne quien gobierne en el futuro, deba escuchar y asumir la voz del pueblo.

El actual gobierno debería llamar a una sincera concertación económica y social.  Si estuviera dispuesto a eso, el Movimiento 21F también pone su Programa para ser tomado y cambiar el rumbo.  Lamento sentir que la administración Macri es absolutamente incapaz de hacer tal llamado porque no es la Patria lo que les quema en las venas.

Compañeros y compañeras: son momentos complejos, recibimos muchos cachetazos, a veces quedamos atontados, de a ratos nos puede sorprender cierto desánimo. Pero miren! estamos de pie, nos arde en el alma el grito de nuestro pueblo, estamos cosiendo unidad a lo largo y ancho del país, tenemos programa de salida y no nos vamos a entregar como corderos.

Por último comparto lo que dice Francisco en su encíclica socio-ambiental Laudato Si que siempre somos más fecundos cuando nos preocupamos por generar procesos más que por dominar espacios de poder.  Son momentos de grandeza, de echar a andar un movimiento nacional con los trabajadores organizados a la cabeza, de poner lo principal por delante de nuestras miserias y heridas.  Es momento de ponernos la Patria al hombro.

 

Miren! Estamos de pie!  Hay esperanza!  Hay 21 F !

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