Artículo por Pablo Saez, titiritero y asesor del bloque Bien Común en la Comisión de Cultura que integra como vocal Gustavo Vera.
Este miércoles 13 el festival “la clausura no se clausura” en la puerta de la Jefatura de Gobierno porteña movilizó un millar de porteños. Ya que lejos de la brillante propaganda oficial que inunda la vía pública y los televisores de los subterráneos con el slogan amarillo del Pro: “En todo estás vos”, la cultura viva en Buenos Aires está en sus calles y en centros culturales independientes, casi siempre en conflicto por defender su espacio y existencia. Dos movimientos culturales se manifiestan cada vez con más fuerza para encontrar su legitimidad frente al atropello de funcionarios públicos y fuerzas de seguridad.
La música en la calle no es delito.
En todas las grandes capitales del mundo, el artista callejero es parte de su manifestación cultural y también un atractivo turístico. Pero en la ciudad de Buenos Aires, a pesar de lo manifestado en el artículo 32 de su Constitución, que impulsa la defensa y promoción de las manifestaciones de arte popular, y de la ausencia de una reglamentación que prohíba el arte en las calles, desde hace más de seis años los artistas callejeros vienen siendo perseguidos y hasta agredidos verbal y físicamente por personal del Ministerio de Espacio Público y Fiscal del gobierno de CABA, de la Policía Federal y Metropolitana. A ello se suma el accionar específico de la Policía Metropolitana, que sin ninguna orden formal o legal, procede desde hace algunos meses contra la actividad de músicos que hace años actúan en andenes y subtes de nuestra ciudad (hasta con el secuestro de sus instrumentos y equipos).
Frente a esta agresión, los músicos callejeros se han unido bajo el lema “la música en la calle no es delito” y están realizando una campaña pública de visibilización y sensibilización de la ciudadanía, al mismo tiempo que impulsan en la Legislatura porteña un proyecto para fomentar y proteger la actividad del artista callejero. Los músicos suman adhesiones y difunden su campaña en la página de Facebook “La música en la calle no es delito” y están recibiendo el apoyo de numerosas personalidades de la música y la cultura y de la comunidad.
La cultura no se clausura
Han surgido en la última década en Buenos Aires -luego de innumerables clausuras “postcromañón”-, nuevos espacios culturales, educativos y sociales, autónomos y autogestivos, donde se desarrollan todo tipo de actividades artísticas y culturales en fuerte relación con la comunidad, e independientes de las políticas oficiales. Paralelo a este movimiento se ha dado un incremento de las políticas represivas por parte del gobierno con alrededor de quince clausuras el último mes, y antecedentes lamentables como el violento desalojo de la Sala Alberdi y de los Talleres del Borda. Estos espacios, que a partir de un censo propio son más de ciento sesenta y dos, se han agrupado en organizaciones como MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) y ENECA (Encuentro de Espacios Culturales Autónomos) que vienen debatiendo proyectos de leyes de reglamentación y estímulo, junto con mesas de intercambio de experiencias y apoyo mutuo. Recientemente el Consejo Deliberante de Bahía Blanca sancionó por unanimidad la ordenanza que crea la categoría de “espacio cultural independiente”, creando un antecedente jurídico que señala un posible camino.
Más información en facebook: MECA y ENECA o en las páginas http://www.movimientomeca.com.ar y http://www.eneca.com.ar/