Unas 500 personas, sobre todo chicos con sus madres, se autoconvocaron este jueves 27 para pedir seguridad en la puerta del colegio Sagrado Corazón, ubicado en Hipólito Yrigoyen y av. La Plata y Rivadavia.
El acto, que se inició a las 18:30 y duró más de dos horas, contó con la presencia de la comunidad educativa de los colegios salesianos: San Antonio (México al 4050), y María Auxiliadora, Pío IX y San Francisco de Sales.
Boedo de Pie, que integran La Alameda y los vecinos, participaron del reclamo con el Mapa del Delito de la jurisdicción Comisaría N° 10 realizado a mediados de este año, que da cuenta de los lugares donde actuaban los narcotraficantes, los prostíbulos, los talleres clandestinos y las zonas liberadas, pero en seis meses poco cambió.
De todas maneras, el enojo también es con la seccional 11ª por la ola de robos que sufren vecinos, alumnos, padres y docentes de las escuelas que están bajo su zona de influencia.
De hecho, en la zona de la calle Yapeyú, entre México e Independencia, se había denunciado zona liberada y en tres semanas hubo 12 “entraderas”. Incluso un vecino fue a la comisaría 10ª a denunciar el robo sufrido y mientras estaba en la dependencia le volvieron a robar en la casa.
“Con los chicos no”, “No quiero tener miedo”, “Necesitamos seguridad”, “Queremos caminar sin miedo” fueron algunas de las leyendas que mostraron los manifestantes en distintos afiches.
La venta de drogas en la puerta de los colegios es una de las mayores preocupaciones y también la impunidad de los “trapitos” que se instalaron en forma extorsiva sobre la escuela Sagrado Corazón y a la vuelta, sobre av La Plata, como en la puerta de los colegios salesianos sobre Don Bosco y Yapeyú.
En cambio, no hubo presencia de jefes policiales de las dependencias de la zona ni funcionarios del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, aunque este viernes el secretario de Seguridad de esa cartera, Marcelo D’Alessandro, mantuvo una reunión con los directivos de los colegios, a pedido de Boedo de Pie y de La Alameda, para conformar una mesa de diálogo.