Sportech, una de la principales proveedoras de Nike y Puma y propiedad de Pablo Enriquez, no para de despedir costureros y cortadores.
El último despido fue a un cortador, que ya había intentado despedir hace más de cinco meses y se logró con lucha reincorporarlo.
No contento el empresario Enriquez volvió a despedirlo al grito de “es de la Alameda, acá no lo quiero”, como si eso sería causal de despido justificado, ya que en el telegrama lo culpa de diferentes cuestiones irreales, con el fin de no pagar nada de lo que le corresponde.
Ezequiel Conde, referente gremial de La Alameda, explicó que “a esto se le agregan otros factores, ya que hace unos meses y al compás de ir despidiendo costureros, fue empezando nuevamente a sacar la producción afuera, en los talleres clandestinos de la zona según denuncian los trabajadores, que a su vez manifiestan que entran containers de tela, con lo cual no estamos frente a una baja estrepitosa de trabajo”.
“El dueño de Sportech Pablo Enriquez -añadió Conde de la Alameda- parece haber perdido la memoria, años atrás tercerizaba todo en talleres clandestinos y eso casi hace perderle la licencia de las principales marcas. Su avaricia y búsqueda de máximas ganancias parece que lo lleva a nuevamente basar su producción en talleres clandestinos. Mientras tanto maltrata y persigue a los trabajadores, ‘sacándoselos’ de encima y cambiándolos por mano de obra esclava”.
Las marcas Puma y Nike tendrán que responder frente a estos atropellos, ya que son solidariamente responsables de todo lo que esta sucediendo dentro de la empresa según lo marca la Ley de Trabajo a Domicilio.