FOTO: Delegadas costureras de todo el mundo en el cierre del congreso en Estambul.
Audio del programa radial de la Alameda. Gustavo Vera dio un informe pormenorizado del congreso internacional de la Campaña Ropa Limpia en Estambul, Turquía, donde participaron delegados sindicales textiles de 50 paises. También sobre la situación en las granjas esclavistas de la empresa Nuestra Huella. Las próximas medidas y la situación judicial.
Cada lunes de 21 a 22 hs, por radio AM 690 o por internet en www.am690.com, el programa de la Alameda llamado “Por un Mundo sin Esclavos”.
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FOTO: Máximo dirigente de la huelga costurera en Camboya con 200.000 obreros.
Un resumen de una lucha que a nivel mundial es la más importante en todo el mundo en los últimos tiempos. En Camboya. Lo cuenta Gustavo Vera que los conoció en el tercer y cuarto día del Forum Internacional de la Campaña Ropa Limpia en Estambu.
Pese a las amenazas policiales, 5000 costureros se autoconvocaron y resolvieron preparar la huelga. Antes de su ejecución, les informaron formalmente al gobierno y a la cámara empresaria que habría huelga desde el 13 de setiembre. El petitorio sindical fue acompañado por 80 mil firmas de costureros que acordaban con el mismo.
La industria textil abarca el 80 % de la actividad económica de Camboya. Varias de las marcas internacionales más destacadas tercerizan su producción en las textiles locales, donde el trabajo es duro y el salario se mantiene congelado desde el 2006 en unos 50 dólares para los efectivos y 45 dólares para los contratados. Los costureros viven hacinados de a cuatro o cinco personas por pieza y no reciben atención médica.
Por la inflación, el gobierno dispuso dar un adicional en el 2008 de 6 dólares, pero se negó a convocar hasta el 2010 al consejo tripartito conformado por gobierno, empresas y sindicatos que debe discutir los nuevos aumentos salariales. Los siete sindicatos textiles reclamaban un salario mínimo que oscilaba entre los 90 y los 120 dólares, una cifra muy lejos de lo que el gobierno y las patronales estaban dispuestos a ceder.
FOTO: Tan pequeña y paralizó una fábrica con seis mil costureros en Camboya.
Como hubo promesas desde hacia años de que en 2010 se discutiría un aumento salarial, había mucha expectativa entre los costureros. Durante las negociaciones, algunos sindicatos ofertaron un mínimo de 73 dólares, rebajando su planteo inicial y aumentando la mísera oferta del bloque patronal-gobierno. La oferta de los explotadores fue un aumento de 5 dólares, llevando el mínimo a 55 que serían 61 dólares con los 6 adicionales que otorgaba el gobierno desde 2008.
Ante la oferta del gobierno y la patronal y la amenaza de reprimir huelgas y protestas, 5 de los siete sindicatos aceptaron las limosnas y dos la rechazaron, convocando a una asamblea general costurera para resolver las medidas a adoptar.
Pese a las amenazas policiales, 5000 costureros se autoconvocaron y resolvieron preparar la huelga. Antes de su ejecución, les informaron formalmente al gobierno y a la cámara empresaria que habría huelga desde el 13 de setiembre. El petitorio sindical fue acompañado por 80 mil firmas de costureros que acordaban con el mismo.
En medio de un recrudecimiento de las amenazas de represión, 60 mil costureros iniciaron la huelga el 13 de setiembre. El 14 ya eran 80 mil. Al día siguiente, 110 mil y en la última jornada adherían 220 mil. Los sindicatos oficiales habían quedado huérfanos y vanos habían sido los intentos de las patronales de sobornar activistas y trabajadores que se plegaron masivamente a la huelga.
Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo reclamaba a su gobierno que sancionara a los principales líderes sindicales. Al cuarto día de conflicto, el Ministerio de Asuntos Sociales pide una tregua y una reapertura de las negociaciones. Muchas fábricas abren entonces un compás de espera, que es aprovechado por el gobierno para suspender a los líderes sindicales de las 20 fábricas más combativas. En estas fábricas la huelga continuó, pero no ya por el salario, sino por la reincorporación de los referentes. Allí fue cuando comenzaron los despidos en masa de los contratados que hoy llegan casi a un millar de costureros.
Una fuerte presión de los sindicatos locales e internacionales, de redes globales como la Campaña Ropa Limpia, entre otros, lograron que las marcas involucradas H&M, GAP, Levi’s, NIKE y ADIDAS se vieran obligadas a pedir al gobierno el levantamiento de las sanciones judiciales a los activistas sancionados, pero tanto el gobierno como los patrones locales se negaron de plano. Y por supuesto las marcas no quieren ir más allá de un reclamo meramente formal. Mientras tanto las negociaciones están estancadas porque ningún sindicato quiere sentarse a negociar salarios con un millar de despedidos y decenas de activistas suspendidos y sancionados.
Un fondo de huelga está siendo forjado por los sindicatos locales y la solidaridad internacional. En un paréntesis de este duro conflicto, varios de los más destacados dirigentes de la huelga costurera camboyana estuvieron esta mañana en el Foro Internacional de Ropa Limpia, apelando a la solidaridad internacional para lograr la reincorporación de los despedidos y el fin de las sanciones y la política antiobrera del gobierno.
FOTO: Liz Parker de Campaña Ropa Limpia en Inglaterra. Nos visitó antes en Argentina.