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Rosario: Los vecinos enfrentan a los narcos y delatan sus búnkers

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Una ONG los convocó para que armaran un mapa del delito. En dos meses recibió 250 denuncias anónimas que permitieron identificar 114 kioscos de venta de droga y una serie de crímenes asociados.

http://www.clarin.com/policiales/vecinos-enfrentan-narcos-delatan-bunkers_0_1136286469.html

POR ANDRÉS ACTIS, ROSARIO. CORRESPONSALIA – 11/05/14

Las denuncias llegaron en forma de cataratani bien la ONG Red Antimafia hizo pública su idea de armar un mapa del delito en Rosario. Algunos vecinos se desahogaron a través de extensas cartas anónimas. Otros, mediante correos electrónicos o mensajes de texto. Los más desconfiados y temerosos eligieron un pequeño trozo de papel para contar brevemente lo que padecen en sus barrios. Los 250 mensajes recibidos apuntaban, sin embargo, a lo mismo: denunciar un búnker o algún delito vinculado al narcotráfico. La participación de los vecinos fue clave paraidentificar 114 kioscos de droga ubicados en el centro y la periferia de la ciudad.

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Desde la ONG que se animó a trazar el mapa del delito en Rosario –el trabajo recopiló además información de asesinatos y prostíbulos utilizados también para la venta de droga– admiten estar sorprendidos por el compromiso de los vecinos para combatir a las bandas narco, a pesar del temor a represalias. “Nos decían que era la única forma de colaborar que tenían para acabar con esto. Que en las comisarías no les tomaban las denuncias y que además era peligroso ir y dar la cara”, le contó a Clarín Lucas Manjón, miembro de la organización Las 250 denuncias se acumularon en apenas dos meses, en una reacción que dejó en evidencia que la Policía –involucrada en distintas causas por connivencia con los narcos– no cuenta con la confianza de la gente para estos asuntos.

“Al principio nos miraban de reojo, con desconfianza. Después hubo una especie de efecto contagio”, detalla Manjón. Con toda la información, armaron el mapa. Identificaron 114 búnkers y 24 “narco-prostíbulos”. Una porción mínima, no obstante, del negocio global del narcotráfico en Rosario: la Red Antimafia estima que hay más de mil puntos de venta de droga en toda la ciudad.

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Clarín tuvo acceso a muchas de las denuncias que enviaron los vecinos a esta ONG. “Hay un búnker de muchísimo movimiento que pertenecería a los Cantero (la familia que lidera la banda narco “Los Monos”). Los vecinos han juntado firmas… y nada. Lo demolieron un par de veces y lo arman de nuevo. Está en terrenos fiscales (costado de vías del ferrocarril). Hay escombros en la puerta (anteriores demoliciones) y se pasa dinero y merca por caja metálica”, cuenta un vecino en un correo electrónico, del que aquí se suprimieron los datos de calles y nombres para no entorpecer la investigación.

En otras cartas, los vecinos señalan con nombres y apellidos a los integrantes de las bandas delictivas. “La gente en los barrios te dice que se sabe quiénes van a ser los próximos asesinados. Afirman saber a dónde se va a dar una guerra narco y quiénes pueden estar involucrados”, asegura Manjón.

A fines de marzo, la ONG les entregó a la Justicia Federal y al Gobierno provincial el listado de búnkers identificados. Algunos fueron allanados por Gendarmería. Otros, en cambio, todavía hoy siguen funcionando.

En Capital Federal ya se ha elaborado un mapa del delito de este estilo. Próximamente se difundirán también los de Córdoba, Corrientes y Salta. Pero en Rosario, a diferencia de otras ciudades, casi todas las denuncias recibidas tuvieron relación directa con las drogas. “En un momento el mapa fue pensado para hurtos y robos. Pero los rosarinos denunciaron más que nada puntos de venta de droga y zonas liberadas para que los narcos operen con impunidad”, señala Majón.

En marzo, los integrantes de esta ONG –de la que participan la Fundación Alameda y un grupo de familiares de la tragedia de Once– se congregaron en una plaza y clavaron una cruz blanca por cada uno de los crímenes ocurridos en este 2014. Colocaron un total de 65 cruces. Días atrás, repitieron la iniciativa frente a la Municipalidad de Rosario. En esta oportunidad, ya tuvieron que plantar más de 100 cruces. Allí quedaron grabados los nombres de muchas de las víctimas que perdieron la vida producto del narcotráfico.

 

El centro de la ciudad, complicado

Un dato revelador del mapa de búnkers confeccionado a partir de las denuncias de los vecinos radica en que el centro de Rosario estambién un punto crítico en lo que respecta a la venta de drogas. La conclusión a la que arribó la Red Antimafia es que la única diferencia con los barrios de la periferia reside en el formato de venta. Allí, los puntos de venta son rotativos y funcionan en casas particulares o en pequeños comercios. “Se piensa que la problemática del narcotráfico sólo se está dando en el Gran Rosario y en los barrios más pobres, y la realidad es que no. Identificamos muchos puntos de venta de droga en el centro. No hay búnkers, está claro. Pero tenés venta en la calle, en kioscos, en casas particulares o en whiskerías”, explica Lucas Majón.

 

El calvario de una mujer que denunció a una banda

Señaló a quienes le vendían droga a su hijo. Ya le quemaron un auto.

A la localidad de Pérez, próxima a Rosario, se la conoce como la capital de la flor. “Eso era antes, ahora es la capital narco”, se lamenta Betina, una vecina del lugar, quien vive un infierno desde que se decidió a denunciar a las personas que le vendían droga a su hijo. Ya le quemaron el auto y hasta balearon el frente de la casa de sus padres.

La historia de esta mujer no hace más que exponer la connivencia entre la Policía y quienes están detrás del negocio del narcotráfico. Vive con miedo y angustia desde 2011. Su calvario comenzó cuando advirtió que Kevin, uno de sus hijos, era adicto a las drogas.

Betina empezó a seguirlo y detectó cada uno de los búnkers a los que el chico se acercaba para comprar cocaína. El segundo paso que dio fue enfrentar a los narcos cara a cara. Y el tercero, denunciarlos ante la Policía.

Nada dio resultado. Su hijo siguió consumiendo y ella quedó en la mira de un grupo que se manejaba con total impunidad.

La semana pasada, Betina encontró algo de alivio. En un operativo que contó con más de 30 allanamientos, fuerzas federales en coordinación con la Policía provincial apresaron a la cabeza de este grupo (cayó con otras 29 personas). Ella, entonces, decidió hablar. “Una vez que los denuncié ante la Policía y el intendente me sucedieron muchas cosas: me amenazaron, balearon la casa de mis padres y me quemaron un auto. Y esta semana me dejaron saber que ellos piensan que soy una bocona y que me van a pisar con un auto o que me va a pasar algo”, cuenta, con angustia.

En su relato a los medios, la mujer hasta dio detalles de un encuentro que tuvo con uno de los narcotraficantes. “Mi hijo iba a comprar a un búnker que era manejado por un tal Raúl. Yo fui y lo increpé. Le dije que le estaba cagando la vida a los chicos. Me contestó que no lo iba a poder tocar, que tenía protección policial y de los políticos”, dice. “Desde el sábado pasado, cuando tumbaron distintos búnkers, empezó una nueva modalidad: el delivery”.

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