
Tras un mail enviado ayer domingo por el titular de la Alameda y legislador porteño, Gustavo Vera, detallando la extrema vulnerabilidad de las familias en el asentamiento Papa Francisco en Lugano, y todos los pormenores del allanamiento desalojo del sábado, el Papa Francisco desde Roma respondió lo siguiente:
Querido hermano:
Acabo de leer tu correo. Tu frase final logro sintetizar mis sentimientos: “Parecía Gaza”… y me puse a llorar.
No entiendo nada. A esa gente, a esas mamas con chicos, los acaricio con mis lágrimas. Cuando regresaba de Corea, en el avión, hable de crueldad. Parece que la crueldad se nos instaló en el corazón. Una crueldad vestida con tantos ropajes: “que me importa”, “que vayan a trabajar”, “es gente insociable”… palabras que no justifican sino que manifiestan tanta crueldad.
Estoy cerca de esa gente. Rezo y pido que no los dejen solos. Y estoy cerca de Ustedes, los que se acercan a ellos.
Con mucha pena en el corazón. Un abrazo,
Francisco

Para los que piensan que el desalojo de Lugano fue algo bueno y justo, pueden leer la carta de Francisco, porque ese asentamiento llevaba su nombre no por casualidad; sino porque así él lo había querido. Y es muy cierto que muchos argentinos perdieron el sentido de la realidad, y tienen demasiada crueldad en su corazón como para juzgar a sus hermanos compatriotas que sufren. Se pone en la víctima de situaciones como ésta la responsabilidad que debería recaer en los mismos gobernantes que dispusieron su desalojo y los dejaron en la calle, a la intemperie, sin importarle el destino de esos pobres para los cuales la vida es un verdadero castigo.
“Los gobernantes” que hemos mal elegido ¿por qué?. Será necesario cambiar este sistema corrupto que llamamos “democracia” por uno mejor? ¿Cuál es mejor? Todabía nadie se puso a pensar. Una lástima.
Gaspar