Carolina Abete partió la madrugada de ayer luego de una larga lucha contra el cancer.
Carolina era nuestra delegada en la Pampa y la responsable de organizar el Comité de Lucha contra la Trata en la Patagonia.
Imposible no quererla. Era paciente, perseverante, con unas enormes ganas de vivir y luchar, con sincera empatía con las víctimas de trata que ayudó a rescatar por cientos en la región. Que siempre estaba pendiente de sus compañeros y compañeras para ver qué necesitaban cuando ella ya sabía que su situación era muy compleja. Que ni una sola vez se quejó frente a los demás del tratamiento doloroso e invasivo que tuvo que soportar y que siempre nos alentaba a seguir y luchar.
Cuando nosotros nos juntábamos para debatir sobre este mundo de horror, la veíamos a Caro y se nos pasaba y volvíamos a recargar nuestras almas para servir. No ayudó el desmantelamiento del Comité y las tensiones que sufrieron muchos de sus compañeros despedidos al que ella quería con particular ternura. Sabíamos porque ella misma nos dijo que las horas podían estar contadas, pero nos aferrábamos a la esperanza de que la voluntad de Caro siempre nos sorprendía y se imponía cuando parecía que todo estaba perdido.