El PRO porteño sello un pacto con el gremio mayoritario docente UTE. Se logró recortando el derecho democrático a todos los docentes de votar en la Junta de Calificación, ahora se hará por el dedo de quien lidere UTE con acuerdo con el gobierno de la Ciudad de turno.
Artículo de Carla Hutter, docente y asesora del bloque Bien Común, el partido de la Alameda
Esto fue posible porque en la Legislatura porteña en la última sesión del año, en el marco de una sesión express donde se votaron 80 proyectos, en educación el PRO con el apoyo de los legisladores del FpV y Suma + aprobaron el proyecto de Ley 2.463/15 autoría de la legisladora Victoria Morales Gorleri (presidió la Comisión de Educación hasta este jueves 10 de diciembre) que cambió la Junta de Calificación docente recortando el derecho a voto de los docentes.
Antes de la modificación los docentes no sindicalizados y en gremios tenían el derecho de votar a sus representantes que ocuparían los cargos en las Juntas de Clasificación y Disciplina.
A partir de ahora con esta modificación los docentes no votan más y los representantes de los sindicatos son seleccionados por los sindicatos pero de manera arbitraria.
En junta de Clasificación se modifica la composición aumentando en un miembro. Anteriormente eran 5 miembros (3 representantes de parte de los sindicatos elegidos por voto secreto de los docentes y 2 puestos a dedo por el Ministerio de Educación) Ahora van a ser 6 (tres representantes por parte de los sindicatos puestos a dedo y tres por parte de Ministerio). Es decir, se eliminan las elecciones para las juntas de Clasificación.
“Este es un atropello a los derechos conquistados de los docentes porque además de eliminar el voto, los sindicatos que van a tener el poder para elegir a los representantes son los que tienen mayor números de afiliados en padrón. Es decir favorece al gremio UTE, cuando antes se abría elección y podían votar todos los docentes estuvieran o no sindicalizados”, sostuvo Gustavo Vera el legislador porteño de Bien Común, el partido de la Alameda, quien es docente hace veinte años y los últimos doce en una escuela lindante a la villa 20 de Lugano.
Este atropello además fue impuesto directamente en el recinto porque en ningún momento pasó por la Comisión de Educación para ser puesto a debate y consideración de los docentes a los que afecta directamente.