El segundo secuestro por redes de Trata prostibularias de Soledad Pedraza (19 años), y su hijita Camila (5 años) desde hace quince días no llegó a su fin y en la próximas horas el juzgado federal de Norberto Oyarbide debe decidir si mantiene la impunidad sostenida por la Policía Federal y la gobernación provincial para con Soledad y su hija, o si investiga a fondo a partir del detallado testimonio aportado por el cura párroco de Las Heras, provincia de Santa Cruz.
El cura Luis Bicego prestó declaración judicial en el día de ayer por el aún no esclarecido caso de Soledad y su hijita a la proxeneta ciudad patagónica de Las Heras.
El cura Bicego arribó el lunes por la tarde a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la mañana de ayer fue acompañado por la Fundación Alameda y las Madres de Constitución para testimoniar en el Juzgado Federal Nº 7, a cargo de Norberto Oyarbide, y ante el secretario Jorge Davini, quienes tienen en su poder encontrar la verdad respecto a la segunda desaparición de Soledad y su hija.
Más de una hora y media el cura de Las Heras detalló los pormenores del arribo de Soledad a un pueblo que es la cuna de la explotación sexual y trata de mujeres y niñas.
Aquí sumamos la copia del testimonio pero vale destacar algunos párrafos de su exposición judicial que seguramente traiga nuevas novedades respecto a la ex esclava sexual hoy envuelta en otra red de Trata.
Hasta la derruida pieza de un conventillo de Las Heras fue el cura para ubicar a Soledad pero no la encontró el primer día que la visitó. Sí a “un hombre de cuarenta años, con rasgos norteños, que también se hallaba con una menor”…no pudo ingresar a la pieza pero pudo ver “no tenía ventana, solo una cama, el piso y las paredes rotas y todo desordenado”. El hombre que estaba con la hijita de Soledad se negó ante el cura a decidir su identidad. No contento el cura tercermundista volvió a visitar el conventillo donde residió Soledad. La encontró ese lunes 6 por la tarde y le trasmitió que si necesitaba ropa o comida fuera a Caritas. Algo que días más tarde realizó Soledad acompañada de su hija.
“Las Heras no es un lugar común, sino un campamento petrolero..habiendo una gran vida nocturna con al menos treinta prostíbulos reconocidos”. Y agrega Bicego contundentes elementos al juez Oyarbide para profundizar la investigación, como así al fiscal Patricio Evers, que dan un contexto en el que se encuentra Soledad ex víctima de la esclavitud sexual. “La Municipalidad y el Hospital les exige a estas mujeres una libreta sanitaria. Y llama la atención que siendo Las Heras un lugar con estas características, Pedraza haya aparecido en el mismo”.
O sea el Estado provincial y su municipalidad son reglamentista de la explotación sexual algo que esta prohibido explícitamente por la Ley nacional de Profilaxis (12.331) y por varios convenios internacionales subscripto y ratificados por ley por nuestro país, entre ellos el Convenio de 1949 respecto a la Prostitución por Cuenta Ajena.
La presencia de un hombre en el conventillo que no aceptó presentarse ante el cura se entiende, según explicito el cura, se entiende porque “es común en Las Heras que cuando se trae una mujer contra voluntad para que trabaje en estos prostíbulos, lo primero que se hace siempre es ponerle un custodio”, ratificó ante el tribunal de primera instancia del fuero federal.
Para agrega a la situación de este pueblo ubicado en el medio de la meseta patagónica, totalmente árido, con 30 mil habitantes y que solo de entretenimiento tiene un casino y prostíbulos en cada cuadra, no así un cine ni centro cultural (que se inauguró aunque aún no este terminada su obra), es que habló el cura Luis Bicego de los sistemáticos asesinatos impunes.
“En diez años hubo más de treinta muertes dudosas, sin resolución ni culpables. Que los casos más relevantes..la muerte del oficial de policía Chocobar (Sergio) que estaba investigando el tema de droga y prostitución, quien apareció muerto en su domicilio con dos tiros de un arma reglamentaria” y el cura agregó el caso “del chico de 17 años que fue testigo de un asesinato en un cabaret que apareció muerto ahorcado en el pueblo, ambos casos sin solución y con las causas cerradas”.
Por ello el sacerdote sostiene que Las Heras “es el lugar perfecto para efectuar un crimen sin consecuencias para los responsables”. Esta declaración es una alerta hacia el juez federal Oyarbide y el fiscal Evers que no pueden pasar por alto, ni tampoco después podrán decir que no sabían de la situación en Las Heras.
Para el religioso “por la cantidad de preguntas sin respuestas” que hay del arribo de Soledad a Las Heras concluye que se encuentra allí “contra su voluntad”.
Por el conventillo Bicego sostuvo en la secretaría del juzgado federal que “le pareció raro ya que en la habitación de enfrente de la de Pedraza, había sentada en la puerta una mujer de contextura obesa y fumando con las típicas características de una matrona”.
Las preguntas que se realiza el cura Luis Bicego son las mismas que tenemos en la Fundación Alameda. ¿Cómo Soledad con su hija arribó en avión al extremo sur del país si no tenía dinero? Viviendo en un empobrecido conventillo ¿Quién le pagaba la pieza? ¿Por qué Soledad visitó el hospital de Las Heras o es que estaba tramitando una libreta sanitaria? Cuando esta demostrado que en Santa Cruz (vale recordar Las Casitas de Río Gallegos, capital de la provincia) la libreta es un típico instrumento legal para blanquear la ilegalidad como es la explotación sexual ajena para los ilegales prostíbulos también camuflados como wiskerias.
Por los dichos del propio cura de Las Heras sabemos que Soledad y su hija fueron trasladadas del conventillo y ahora cuenta con custodia de mujeres policías. A título de que el gobierno provincial le paga el alquiler en una casa a pocas cuadras de una comisaría. Tampoco se sabe porque tiene custodia policial. O será que la misma mafia policial que resguarda el negocio proxeneta y del tráfico de personas la quiere vigilar personalmente las 24 horas.
Sabemos por información extraoficial pero que figura en el expediente judicial que el custodio de la Policía Federal (de apellido Dorado) cuando la presidenta Cristina Fernández arribó a Las Heras, justo el mismo día que reapareció Soledad, fue el mismo que trasladó a la víctima hasta Comodoro Rivadavia el día sábado 4 para declarar ante la justicia federal por requerimiento del juez Oyarbide.