El país europeo, referencia en políticas públicas de lucha contra la trata y el sistema prostituyente bajo una visión abolicionista avanza en sanciones sobre los prostituyentes en plataformas virtuales.El texto sancionado también asimila la figura del proxeneta a quien induzca a otra persona a realizar actos sexuales por medios virtuales y de forma remota, o bien se beneficie económicamente de su comercialización imponiendo penas de hasta 4 años.
A instancias de la diputada Teresa Carvalho, el parlamento sueco sancionó el pasado 20 de mayo una modificación al marco regulatorio de compra y venta de actos sexuales. En efecto, la nueva medida que entrará en vigencia desde el 1 de julio, busca, por un lado, sancionar a quienes compren contenido sexual creado específicamente para si, y por el otro, crea una nueva modalidad a la figura del proxeneta.
En referencia a la creación de contenido, Suecia no penaliza a quien lo crea. En cambio, posa la mirada en las personas -mayoritariamente hombres- que solicitan vídeos, fotografías personalizadas o shows en vivo. Desde el 1 de julio serán susceptibles de ser sancionados con penas de hasta un año, equiparándolo a un acto de prostitución. Se destaca que las plataformas continúan funcionando, y no hay restricciones para la creación de contenido en distintos formatos, la novedad es que se buscar desincentivar la demanda de material personalizado, haciendo una distinción entre el consumo pasivo de pornografía y la intervención en la generación de contenido.
El texto sancionado también asimila la figura del proxeneta a quien induzca a otra persona a realizar actos sexuales por medios virtuales y de forma remota, o bien se beneficie económicamente de su comercialización imponiendo penas de hasta 4 años.
En este sentido la legislación es clara: la explotación sexual puede darse en la calle, en un prostíbulo o “privado” de forma presencial, pero también en el ámbito virtual.
Como cada vez que los estados logran avanzar y limitar a las grandes empresas tecnológicas, OnyFans expresó su rechazo a la modificación, advirtiendo que se limita la autonomía económica de los y las creadoras de contenido, a la vez que recordó el aporte anual que realiza al fisco sueco valuado en unos 10 millones de euros.
Por su parte la diputada del partido socialdemocrata Teresa Carvalho sostuvo que: “Se trata de una nueva forma de compra de sexo y era hora de que modernizáramos la ley para incluir también la compra a distancia en plataformas digitales como, por ejemplo, Onlyfans”.
Suecia está a la vanguardia de la lucha contra la trata y explotación sexual desde 1999, año en que sancionó una ley que, a diferencia de la mayoría de la legislación existente, penaliza a quien compra servicios sexuales y desvincula a quienes ejerce la prostitución. Legislación similar fue oportunamente tomada por Francia, Noruega, Irlanda y apoyada por el Parlamente de la Unión Europea frente a peticiones y demandas presentadas por grupos que buscan reconocer a la prostitución como trabajo.
La nueva legislación busca regular el funcionamiento de todas las plataformas que intermedian entre quienes crean contenido sexual y quienes lo solicitan. Sin embargo, en este rubro Onlyfans es el principal protagonista. La empresa fue creada en el año 2016 en Londres, inicialmente como una plataforma para creadores de todo tipo de contenido, no obstante el salto en popularidad comenzó cuando se habilitó la creación de contenido para adultos. En el 2018 el 75% de la empresa fue comprado por Leon Radvinsky dueño de otros sitios de pornografía, en el año 2020 pasó de los 20 millones a los 120 millones de suscriptores, actualmente la empresa informa unos 300 millones de abonados.
El funcionamiento de la plataforma es en apariencia sencillo y exitoso, quienes crean contenido se quedan con el 80% de lo generado, en tanto el 20% restante es la comisión que cobra la plataforma, los ingresos se generan a partir de los “fans” quienes aportan a través de tres medios: suscripciones, mensajes de pago y propina. Sin embargo, detrás de la supuesta autonomía económica y empoderamiento de los creadores de contenido hay otra realidad, el sitio establece mínimos y máximos, el material se difunde de forma permanente sin que haya control alguno, incluso es utilizado por otras plataformas como gancho o como forma de redireccionar, generando ganancias millonarias en la poderosa industria del “click”, sea generando perfiles de consumo, aumentando el tráfico de otras plataformas. Pero toda esta ganancia millonaria no es percibida por quienes generaron el contenido originalmente, otra de las críticas formuladas es la poca transparencia en la política de protección de datos, hasta denuncias por víctimas de trata que fueron sometidas a través de sitios como OnlyFans siendo obligadas a crear contenido, e incluso difundiendo en vivo violaciones.
En nuestro país, este año se logró la primera sentencia judicial de trata con fines de explotación sexual por medios virtuales, asemejando la explotación remota a la modalidad presencial. Las tres víctimas, una de las cuales se suicidó antes de obtener justicia, eran sometidas a distancia a través de plataformas similares a OnlyFans.