Se realizó la 16º Misa en Solidaridad con Todos los Excluidos y las Víctimas de Tráfico y Trata de Personas

Este martes 26 de septiembre se realizó en Constitución (CABA) la 16º Misa en Solidaridad con Todos los Excluidos y las Víctimas de Tráfico y Trata de Personas, bajo el lema “Por una sociedad sin esclavos ni excluidos”.

Esta misa se realiza desde 2008 de la mano del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, junto con la Fundación Alameda, para peticionar contra las distintas formas de esclavitud laboral y sexual.

Bergoglio presidió las celebraciones entre 2008 y 2012. Su sucesor, el ex arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, encabezó las misas los años siguientes. Lo mismo hicieron el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Oscar Carrara, y monseñor Baliña. En 2023 la misma estuvo a cargo de Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina.

En esta ocasión, y en un contexto de particular significancia para la Argentina, se emplazó frente al altar, a modo de ofrenda, un árbol con derechos sociales conquistados en la lucha contra la trata, como inclusión laboral para las víctimas, acceso a la salud mental, acceso a la Justicia y soluciones habitacionales.

García Cuerva recordó en su homilía: “Alguna vez el Cardenal Bergoglio dijo que a Buenos Aires le hacía falta llorar; pidió a Dios que purifique con el llanto a esta Ciudad, y que no se haga tanto la distraída. Fue en el año 2005, en ocasión del primer año de la tragedia de Cromañón”.

Y dio continuidad a ese pedido: “Hoy me animo a pedir a Dios nuevamente que Buenos Aires aprenda a llorar: a llorar tanta desigualdad; a llorar tanta exclusión; a llorar a tantos hermanos que deambulan por nuestras calles; a llorar a tantos hermanos esclavos del negocio de la droga; a llorar a tantos hermanos víctimas de la precariedad del conocido como “trabajo esclavo”; a llorar a quienes son víctimas de la trata, “ese crimen que hace de las personas mercancía”; a llorar a quienes ofrecen su cuerpo obligados por necesidad a sobrevivir. Sí, a Buenos Aires le hace falta llorar. Porque al llorar, fabricamos lágrimas, y con las lágrimas limpiamos la mirada y vemos más claro; vemos los rostros concretos, con nombre y apellido, de seres humanos mercantilizados, desfigurados en su dignidad y avasallados en su libertad”.

Trayendo al presente la parábola del Buen Samaritano, el arzobispo añadió: “Hoy, víctimas de las distintas formas modernas de esclavitud y trata de personas, hay hermanos, hay ciudadanos todavía “medio vivos”, que piden que los miremos con los ojos llenos de lágrimas porque hacemos nuestro su dolor; que nos acerquemos, que vendemos sus heridas con ternura, con escucha, y con un compromiso profético, que una vez más y desde esta plaza, triste reflejo de la injusticia y la marginación gritemos sin miedo que seguiremos luchando por una sociedad sin esclavos ni excluidos, seguiremos comprometiéndonos estando cerca de las víctimas de manera constante y eficaz, seguiremos tratando de curar sus llagas abiertas y dolientes, que también son la llagas de Jesús; seguiremos adelante, a pesar del silencio cómplice y de los que miran para otro lado”.

García Cuerva finalizó su homilía con las palabras del Papa Francisco: “Lo volvemos a denunciar y con fuerza haciendo nuestras las palabras de Francisco: “¡La trata de personas es un crimen contra la humanidad; es un crimen mafioso y aberrante!”.

Una multitud participó de la misa, que contó con la presencia, como cada año, de militantes de La Alameda y de su fundador, Gustavo Vera, actualmente director operativo del Comité de Lucha contra la Trata de Personas.

La 16º Misa contó con la invitación de la Arquidiócesis de Buenos Aires y una amplia red de organizaciones convocantes, entre las que se encontraron Parroquias del Decanato Boca-Barracas-Constitución, Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia, Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, Puerta Abierta Recreando, Red Kawsay, Departamento de Migraciones del Arzobispado de Buenos Aires, Hogar de Cristo, Fundación La Alameda, Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Equipo No a la Trata (Com. Nac. Justicia y Paz), Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes.

Cabe recordar que la misa por las víctimas de Trata y Exclusión se celebra cerca de la fecha del 23 de septiembre porque en esa fecha en 1913 se promulgó en la Argentina la Ley Palacios (por Alfredo Palacios), primera norma legal en el mundo destinada a luchar contra la explotación sexual, hito histórico que fue fundamento para que la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas instaurara el 23 de septiembre como el “Día Internacional contra la explotación sexual y la trata de personas”.

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