No dejaste de luchar ni un minuto.
Lo hiciste buscando a tu hijo pero también abrazando a todos los hijos de esta Patria que sufrían alguna injusticia.
Nos enseñaste a pelear. Nos develaste el significado de la palabra dignidad.
Nos mostraste que es posible enfrentar una realidad difícil y hasta violenta sin perder la alegría y la ternura.
La Madre de todas las batallas.
Hasta la victoria siempre, querida Norita