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“Ya van doce misas aquí, y uno se podría preguntar que efecto tiene la misa en Argentina para pedirle a Dios por la trata, y por todas las formas de exclusión en Argentina”, así inició su homilía, el cardenal primado y arzobispo porteño, Mario Poli, este jueves 26 de septiembre desde un humilde altar en la esquina de av. Garay y Lima, en la transitada Plaza Constitución.

“Nosotros venimos a celebrar la misa -continuó Poli rodeado de curas algunos de ellos de las villas-, un sacramento de amor, que tiene una fuerza que nosotros no podemos medir, y que San Juan Pablo II decía que tiene una consecuencia social” y que cada uno “de nosotros extiende la eucaristía en la sociedad, y en la cultura y se va cambiando de a poco, como una bola que continua, y Jesús que ama tanto nos quiere libres y por lo tanto nos da fuerza para luchar contra toda forma de exclusión. Por eso nos alimentamos de esta eucaristía”.

La misa fue escuchada por los costureros de la cooperativa de la Alameda, cartoneros del MTE, mujeres de congregaciones que asisten a mujeres explotadas y víctimas de trata sexual, como miembros de sindicatos, hombres y mujeres que salieron de las adicciones por el Hogar de Cristo, y laicos de diversas parroquias porteñas y del conurbano bonaerense.

Para el sucesor del actual Papa Francisco “existe una fuerza oculta de hombres que somete y usa a sus hermanos, que hace exclusión y allí sus negocios exitosos, como la droga, o como todas las formas que conocemos en Argentina. Por eso decimos Jesús danos una mano”.

Delante de varios canales de televisión que trasmitieron en vivo agregó Poli que “no seamos cobardes y tomemos las causas de aquellos que están sometidos, tenemos que animarnos cada uno desde su lugar aquí muchas instituciones, muchas personas, que trabajan en distintos lugares, tomemos de la eucaristía la fuerza de Jesús y sigamos luchando porque Dios es invencible y siempre nos va a dar una mano”.

Para sorpresa de los presentes el líder religioso elogió una canción del rock nacional. “Que linda solo le pido a Dios, es fenomenal, es religiosa, no seamos indiferentes ante el dolor de los demás especialmente aquellos que perdieron la libertad” y pidió que nos pongamos “al servicio de esta causa”.

Luego fue el momento de las ofrendas y las oraciones, donde Olga Cruz Ortiz por los costureros llevó una remera de la marca sin esclavitud No Chains, los cartoneros su carro, la CTEP su pechera por la economía popular, las oblatas un decálogo elaborado por mujeres, los hombres del Hogar de Cristo su revista, la Red Kawsay ofreció estampitas de Josefina Bakita (una ex víctima de la esclavitud africana que fue santificada).

Poli cerró con “no seamos xenófogos y recibamos a todos los hermanos, de Bolivia, Paraguay y ahora de Venezuela. Todos bienvenidos”.

En el momento de la oración se rezó por los agentes de tránsito impactados semanas atrás, por la memoria de Cinthia Choque que falleció, y por la salud de Santiago Ciciliani que se encuentra internado. Al final de la misa el cura villero, Lorenzo “Toto” Vedia, tomó la palabra por Cinthia y Santiago “producto de la situación de precariedad de los agentes de tránsito”.  

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