La Justicia ordenó en las últimas horas que se suspenda la construcción de dos torres alrededor de la Villa Roccatagliata en el barrio porteño de Coghlan, luego de una denuncia presentada por el legislador porteño de Bien Común, Gustavo Vera.
VILLA ROCCATAGLIATA RODEADA DE LAS DOS TORRES
Días atrás, vecinos de ese barrio, de Saavedra y Belgrano habían realizado una movilización para evitar que se continúe con ese emprendimiento que iba en detrimento del edificio cultural emplazado entre la calle Roosevelt y la avenida Ricardo Balbín.
En la Justicia cursaba un pedido para que se interponga una medida cautelar urgente contra el avance de la construcción de las torres -la principal tendría 28 pisos, en los que habrá alrededor de 350 unidades, y la segunda, 13 pisos-.
Vera había presentado una demanda que quedó radicada en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario número 8, a cargo de Osvaldo Otheguy, quien finalmente se expidió este jueves y dispuso esa medida cautelar para suspender ambas construcciones.
Jonathan Baldiviezo, abogado del despacho de Bien Común y patrocinador de la demanda explicó que cuestionaron “los permisos de obra que otorgó el gobierno porteño porque atentan contra el Código de Planeamiento Urbano (CPU)”.
“La construcción supera el factor de ocupación del terreno (FOT) permitido por el CPU, una de las torres tiene más altura que la autorizada y, además, se ocupa en gran proporción el pulmón de manzana, algo que también está prohibido”, completó el letrado.
Baldiviezo señaló que el magistrado “hizo un primer examen exhaustivo y dispuso la suspensión de la obra hasta tomar una resolución definitiva” que sería dar marcha atrás con las dos torres o avanzar en el emprendimiento edilicio.
Además de los cuestionamientos a las características técnicas del megaproyecto, los vecinos más movilizados se muestran disconformes con la construcción de esas dos torres modernas justo alrededor de la histórica casa.
El inmueble, que data de 1900, pertenecía a la familia Roccatagliata, también propietaria de la tradicional Confitería del Molino. En un primer momento, cuando esa zona de Coghlan estaba “alejada” del centro de la ciudad, era utilizada por los miembros de la familia como una estancia de fin de semana, ya que contaba además con un extenso parque.