En el año 1981 en Bogotá, Colombia, tuvo lugar el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Se decidió que el 25 de noviembre sea el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. La fecha fue elegida para conmemorar el feminicidio de las hermanas Mirabal en 1960 (Las mariposas) durante la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer a la que definió como “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.
En 1999, la ONU apoyó que el 25 de noviembre sea, en todo el mundo, una jornada de reivindicación a través de la resolución 54/134 e invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar sobre el problema y a reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
En Argentina, La ley 26.485 define la violencia contra las mujeres como:
“Toda conducta, acción u omisión que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como también su seguridad personal”. Esta definición alcanza a aquellas conductas o acciones perpetradas desde el Estado o por sus agentes”.
En el artículo 5° nos señala uno de los tipos de la violencia de género: la denominada “violencia sexual”, la que incluye la explotación de la prostitución, la esclavitud, el acoso, el abuso sexual y la trata de personas.
Desde la Fundación Alameda reafirmamos nuestro compromiso contra toda violencia hacia las mujeres y la importancia de establecer las claras relaciones existentes entre trata y explotación de personas y la prostitución. Reafirmando también la responsabilidad que nos convoca en la tarea de implementar acciones de prevención, denuncia del delito y acompañamiento integral.
Según el informe del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, hasta la mitad de noviembre DE 2024 se registraron 252 femicidios en Argentina, de los cuales 20 son femicidios vinculados, 7 son víctimas trans, 10 corresponden a suicidios feminicidas y 12 están relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado. El 66 % de las mujeres fueron asesinadas en el hogar, lugar de trabajo o espacio físico compartido con el victimario. También, 169 niños/as fueron afectados por la pérdida de sus madres a consecuencia del delito.
El actual gobierno nacional no deja de avanzar en el desmantelamiento de las políticas públicas en materia de género y protección de derechos. Como así también en el desfinanciamiento de los pocos organismos que quedan.
Los logros de los últimos años vienen sufriendo un grave retroceso cultural que, junto a factores económicos, altos niveles de desocupación, ausencia de políticas públicas en salud mental, falta de perspectiva de género y el ataque a todos los niveles de la educación pública, confinan a las víctimas a la desatención y el silencio.
A la violencia de género, Milei le responde con más violencia. Por esa razón creemos que es necesario fortalecer los lazos entre las organizaciones y con todos los sectores de la comunidad que día a día ofician de sostén de quienes no deben ser abandonadas como lo hace el gobierno nacional.