En medio de una charla con estudiantes secundarios de 4° y 5° llamó a un prostíbulo, el director de la Comisión Especial de Trata de la Legislatura porteña y miembro de la ong Alameda, Lucas Schaerer.
La charla sobre tráfico de personas con fines de explotación sexual empezó con la voz de los estudiantes del colegio secundario Rivadavia, del barrio de Constitución, que relataron porque arrancan los volantes prostibularios pegados en la vía pública, que está repleto alrededor del colegio, y que hasta una vez intentaron con una profesora ayudar a una mujer que en plena calle lloraba porque estaba rehén de la mafia prostibularia. La ayuda quedó frustrada porque ni el 145, ni la policía, ni nadie del Gobierno actuó en defensa de la mujer. Pese a los llamados y pedidos de auxilios.
En ese momento fue que el director de la Comisión Especial de Trata en la Legislatura porteña llamó a un prostíbulo.
Lucas Schaerer de su billetera tomó un volante que había tomado en el barrio de Flores, en el cruce de las avenidas Nazca y Rivadavia. Entonces puso el celular en alta voz y marcó. En silencio y atónitos los estudiantes con los profesores escuchaban el tono del llamado hasta que atendió la proxeneta.
En la conversación quien atendió reconoció que en el prostíbulo están las mujeres las 24 hs del día todos los días. Que explotan a mujeres de nacionalidad paraguaya. Que venden drogas y alcohol. Y además las tarifas por los distintos modos de sometimiento. El piso era 400 pesos por 20 minutos de sometimiento. Hasta aportó la dirección que no figuraba en el volante Morón al 2400, barrio de Flores.
Fue muy evidente para los testigos de la conversación telefónica que los prostíbulos son campos de concentración a la vista de todos. Pero que los funcionarios del Estado no quieren ayudar a las víctimas porque significa ir sobre su propio financiamiento y perversión.
Con un simple volante de la calle y un celular queda demostrado quienes son los garantes de la esclavitud sexual en la Ciudad de Buenos Aires.